Cumbre UE-América Latina: la retórica y los hechos

Todos dicen que ha sido un éxito. Aparentemente lo es. Este martes la Unión Europea y América Latina han abierto el camino para convertirse en socios estratégicos, en palabras del presidente estable de la UE, Van Rompuy.

La jornada central de la Cumbre ha sido el punto de encuentro de la retórica del acercamiento, del esfuerzo conjunto para luchar contra la crisis económica, el cambio climático y la pobreza. Al margen, reuniones sectoriales, en las que se han concretado asuntos con Chile, Colombia, Perú, Mercosur y Centroamérica. La presidencia española de la UE tiene una foto y un tanto en su haber.

Lula, Zapatero, Fdez. de Kichner, Van Rompuy y Barroso / Foto: Pres. esp. UE

La VI cumbre UE-América Latina se ha clausurado este martes en Madrid con felicitaciones por ambos lados. El anfitrión, José Luis Rodríguez Zapatero, afirma que los participantes se han reconocido aún más como socios globales y que ha sido un encuentro de «aciertos y resultados.»

El presidente del gobierno español dice que se ha reafirmado el compromiso de solidaridad con Haití, que se ha debatido sobre el sistema financiero para luego poder presentar propuestas en el G-20, que se ha discutido de inmigración y de cambio climático. «Los problemas globales sólo pueden tener respuesta desde la coordinación y la cooperación.»

No parece mucho en el terreno de lo concreto. Sin embargo, las reuniones sectoriales sí han aportado nuevos elementos. Ha habido acuerdos comerciales con Perú, Chile y Colombia y se han desbloqueado las negociaciones con Mercosur, para llegar a un pacto de libre comercio ,y con Centroámerica, que permitirá abrir los mercados para los productos industriales. El acuerdo se confirmará el miércoles con la presencia del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, que renunció a estar hoy en Madrid ante la amenaza de boicot de otros países sudamericanos.

El presidente de la Comisión europea, José Manuel Durao Barroso, asegura que esta cumbre ha demostrado que «las declaraciones políticas pueden ser apoyadas por hechos concretos». El presidente estable de la UE, Herman Van Rompuy, dice que se abren «oportunidades para que los dos bloques puedan ser socios estratégicos.»

Desde el otro lado, las posturas han sido más firmes, desde la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kichner pidiendo a la UE que trate mejor a los inmigrantes o que no son tiempos de proteccionismo, al presidente chileno, Sebastián Piñera, diciendo que están bien los logros, pero que vamos demasiado lentos. «Los problemas surgen más rápido que las soluciones».

Para Cristina Fernández, «lo más importante que ha dado la crisis es que comenzáramos a aceptar puntos de vista diferentes, visiones diferentes no basadas en un dogmatismo cerrado, sino que han venido de la experiencia que todos hemos sufrido».

Ha habido detalles significativos en la Cumbre, como la ausencia de la canciller alemana o del primer ministro italiano, y la fugaz presencia del presidente francés. Por cierto, Francia se opone radicalmente a que se llegue a un pacto de libre comercio con Mercosur porque ve su agricultura amenazada por una invasión de productos latinoamericanos.

Al margen, el presidente de Bolivia, Evo Morales, abre polémica al acusar al ex presidente del gobierno español, José María Aznar, de intentar dar un golpe de estado en su país hace dos años. El Partido Popular evidentemente rechaza la acusación y deja claro qué amigos tiene el presidente Zapatero. Al PP tampoco le ha gustado que la presidenta argentina salude al juez Garzón efusivamente.

Con todo, reunir a 60 mandatarios de Europa y América Latina y repasar qué puntos nos unen y nos separan sirve a la presidencia española de la UE para apuntarse un tanto importante en su haber. De los resultados, ya veremos. euroXpress