Ucrania y el despliegue de militares rusos en Crimea, han disparado todas las alarmas en la Unión Europea. Tanto, que no ha sido suficiente con una reunión urgente de ministros de Exteriores. Mañana martes el presidente Rajoy hablará en Madrid con el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, una visita prevista desde hace tiempo a la que se ha añadido la alta representantes de la UE, Catherine Ashton. El jueves habrá una cumbre extraordinaria de jefes de estado y de gobierno en Bruselas.
Sergei Lavrov se reunirá este martes en Madrid con el rey Juan Carlos y con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una visita programada desde hace tiempo en la que se abordará la cuestión de Crimea. Antes habrá hablado con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que se ha añadido a última hora a la agenda por la preocupación europea ante los acontecimientos en Ucrania.
Ashton llegará a Madrid tras la cumbre de ministros de Exteriores en la que se ha decidido suspender las negociaciones sobre los visados a ciudadanos rusos y habrá que esperar al jueves para ver qué otras medidas toman los 28. Desde 2007, Rusia y Bruselas gestionan un acuerdo de visados que podría no llevarse a cabo si sigue la escalada de tensión en la región autónoma de Crimea. Catherine Ashton ha declarado que no se descartan «medidas selectivas», a la espera de los acontecimientos.
Tras la reunión de hoy, la Alta representante de Asuntos Exteriores, ha tachado los acontecimientos como «muy preocupantes». Asimismo, si Rusia no escucha las peticiones de la UE, Ashton ha asegurado que se tomarán medidas, e insta a Rusia a que acepte «la clara soberanía de Ucrania», además considera que la llegada de tropas rusas a la península de Crimea es una «vulneración de las leyes internacionales». A la reunión de este lunes han asistido también el comisario de ampliación y política de vecindad, Štefan Füle, y la nueva ministra italiana de exteriores, Federica Mogherini, que se ha estrenado en el Consejo.
«Estamos ante la crisis más grave en Europa desde las guerras de las exrepúblicas yugoslavas. La credibilidad de la comunidad internacional, y de la UE en particular, está en juego». Así de contundente se ha mostrado el ministro de Asuntos Exteriores polaco Radoslaw Sikoski a su llegada al Consejo extraordinario en Bruselas.
En este sentido también se ha manifestado su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier: «Europa, sin ninguna duda, se encuentra ante la crisis más importante desde la caída del Muro. Después de 25 años, una escisión en Europa es real». Por su parte, el ministro español, José Manuel García-Margallo, ha vuelto a repetir que Rusia debe respetar «el principio de legalidad ucraniana» y que «las tropas rusas vuelvan a sus bases».
Paralelamente, en Viena se ha reunido la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), un organismo que había caído en el olvido, pero que vuelve a cobrar protagonismo. En él están todos los países europeos, más Rusia, Ucrania y Estados Unidos, entre otros. Más movimientos diplomáticos entre Europa y Rusia. Ayer Angela Merkel y Vladímir Putin, hablaron por teléfono, y el presidente ruso aceptó la propuesta de la canciller de crear un grupo de contacto para mantener un diálogo político a tres bandas, en el que se incluya a Ucrania. Merkel también ha planteado enviar una comisión de investigación auspiciada por la OSCE.
Tras un agitado fin de semana de declaraciones occidentales y de acciones militares rusas, hoy han hablado los mercados. La bolsa de Moscú se ha desplomado llevando al rublo a tocar mínimos históricos, pero también se han producido fuertes caídas en las bolsas europeas. No es el único movimiento en el ámbito económico. Los siete miembros del G8 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá, Japón, Alemania e Italia) decidieron ayer en una publicación conjunta que suspenden su participación en los preparativos de la próxima cumbre, que estaba prevista para junio en Sochi, Rusia. La Canciller Angela Merkel apuesta por «la mediación y el diálogo». Alemania no quiere, a diferencia de los otros componentes del G8, expulsar a Rusia del club de los ocho países más ricos del mundo. En Kiev estaba hoy el ministro de exteriores británico, William Hage, y mañana llegará el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para reunirse con el Gobierno de transición.
Otro de los aspectos que más preocupa en el ámbito diplomático es que Rusia ha incumplido los acuerdos de 1994. La península de Crimea, ex república soviética poseedora de cierto grado de autonomía, pese a formar parte de Ucrania desde 1954, tiene una población mayoritariamente rusohablante. En 1994, tras la desintegración de la URSS, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia se reunieron para garantizar que se respetaría la soberanía de Ucrania y no se traspasarían sus fronteras. Sin embargo, Estados Unidos y el primer ministro ucraniano, Arseni Yatsenyiuk, culpan al gobierno del Kremlin de invadir la península de Crimea incumpliendo los tratados internacionales. El pasado fin de semana el Senado ruso dio luz verde para una intervención militar en la región para proteger «a las minorías rusohablantes». La península de Crimea tiene previsto votar un referéndum el 31 de marzo para escindirse de Ucrania.