Un informe de la Agencia europea de medio Ambiente (AEMA) indica que muchas zonas de Europa sufren problemas persistentes de concentración de partículas al aire libre y el ozono troposférico. Según la directora ejecutiva de la Agencia, Jacqueline McGlade, «En muchos países, las concentraciones de contaminantes atmosféricos todavía son superiores a los límites legales y recomendados establecidos para preservar la salud de los ciudadanos europeos».099999

De media, la contaminación del aire está reduciendo la expectativa de vida de los europeos en casi ocho meses y en cerca de dos años en las regiones más afectadas. El informe cita a Polonia y otras regiones del Este de Europa con niveles especialmente altos de contaminación. Entre las capitales Londres es la que tiene peor calidad del aire.

Según el informe de la AEMA las partículas (PM) son el contaminante atmosférico con más riesgo para la salud humana. En 2010 el 21 % de la población urbana europea estuvo expuesta a niveles de concentración de PM10 superiores a los límites que la UE tiene establecidos para preservar la salud. Hasta el 30 % de la población estuvo expuesta a unos niveles de concentración de PM2,5, que son partículas más finas.

Los tres contaminantes más peligrosos son las partículas, el nitrógeno y el ozono a nivel del suelo

Si se tienen en cuenta las normas de la Organización Mundial de la Salud OMS), que son más estrictas que las de la UE, hasta el 81 % y el 95 % respectivamente, de los habitantes de las ciudades estuvieron expuestos a concentraciones de partículas superiores a los valores de referencia fijados para preservar la salud. Eso indica según la Agencia europea que la UE debe revisar su legislación en este aspecto y fijar nuevos límites.

Las partículas son pequeños elementos procedentes de los escapes de los vehículos y de las calefacciones de las casas, que afectan a los pulmones. La exposición a largo plazo puede producir diversos efectos sobre la salud, que van desde irritación de las vías respiratorias a la muerte prematura.

Aunque se han reducido muchos contaminantes atmosféricos en las últimas décadas en Europa, sobre todo la lluvia ácida y el monóxido de carbono, hay otros muchos cuyos efectos potenciales son poco conocidos. Se estima que entre 70.000 y 100.000 sustancias químicas están en el comercio y el número sigue aumentando. Unas 5.000 de estas sustancias se producen a gran escala, más de un millón de toneladas al año.

El nitrógeno afecta a la calidad de las aguas subterráneas y produce la eutrofización, exceso de crecimiento de plantas y algas en el agua que ahogan por falta de oxígeno a los ecosistemas de agua dulce y marina. Cuando se utiliza estiércol y fertilizantes en agricultura, el exceso de nutrientes que tiene la tierra en forma de nitrato llega a las aguas subterráneas o a la superficie del agua finalmente puede llegar al mar con graves consecuencias. En 2010, el 7 % de los europeos que viven en ciudades estuvo expuesto a niveles de dióxido de Nitrógeno (NO2) superiores a los valores límites de la UE.

El benzo(a)pireno (BaP) es un cancerígeno. Entre el 20 % y el 29 % de la población europea estuvo expuesto entre 2008 y 2010 a concentraciones superiores a los valores permitidos por la UE.

El ozono es una capa protectora alrededor de la Tierra, pero el ozono (O3) puede ser perjudicial. Cuando se habla del ozono a nivel del suelo se hace referencia a la capa que hay en el aire cerca de la superficie, se forma por la combinación de varias sustancias. Es peligroso para la salud de las personas especialmente los grupos de más riesgo, los niños, los ancianos o las personas con problemas respiratorios, reduce el rendimiento de los cultivos y pone en peligro la biodiversidad.

La Comisión Europea va a preparar una revisión de la legislación de la UE en materia atmosférica que los Estados miembros deberán adoptar.

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