Arte urbano, paisaje rural y patrimonio histórico y artístico. Estas son las bazas de Cuenca para ser capital cultural de Europa en 2016. Opta con otras 15 ciudades españolas a ese título que compartirá con una ciudad polaca.
Cuenca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se muestra como el ejemplo de que las pequeñas ciudades europeas también pueden jugar un papel importante en la promoción de la pintura, la arquitectura, la música. Puede demostrarlo por sus museos, sus galerías de arte, su intensa actividad cultural desde mucho antes de que naciera la idea de la candidatura europea. «Cuenca siempre ha tenido un don especial para producir artistas...Queremos ser el ejemplo en la evolución actual de esta industria", dice Estefanía García, directora gerente de la Fundación Cuenca 2016.»
Las casas colgadas, que son el icono de la ciudad, tienen en su interior un fabuloso Museo de Arte Abstracto, la Fundación Antonio Saura, el Museo de la Ciencia, el Museo Arqueológico o la Semana de Música Religiosa dan a la ciudad un currículum más que suficiente.
Pero además de lo que Cuenca-ciudad propone está Cuenca-provincia con un paisaje extraordinario. Su candidatura quiere integrar la cultura con la naturaleza y, para eso, cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla-La Mancha. «Tenemos una gran oportunidad ante nosotros, una oportunidad única de mostrar a Cuenca ante toda Europa y yo diría que ante todo el mundo, como la ciudad de la cultura, de la naturaleza, como la ciudad de los proyectos extraordinarios y como la ciudad de la ciudadanía que quiere participar en esa candidatura extraordinaria», dijo la consejera de Cultura, Turismo y Artesanía, Soledad Herrero, durante la constitución de la Fundación Cuenca 2016.
Todo para Europa y todo para Cuenca. Los responsables de la candidatura creen que la capitalidad cultural es una oportunidad única para lograr un desarrollo sostenible de la ciudad y la provincia. Así lo dice el Manifiesto de Cuenca 2016: «Tenemos una buena ocasión para confrontar nuestros problemas sociales con otras ciudades y regiones españolas y europeas, y cooperar en la búsqueda de soluciones. Trabajaremos por un modelo de ciudad que invite a pensar y trabajar y no sólo a consumir y observar. Este modelo deberá ser duradero, abierto, plural y capaz de beneficiar a todos los ciudadanos.» euroXpress
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