En los últimos meses se ha venido repitiendo que la mejora de las relaciones de la UE con Cuba era una prioridad para la presidencia española de la Unión. No lo es. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha matizado que esa es la voluntad del gobierno, pero que no desea que «Cuba cree ninguna controversia en el seno de la UE».
Pero aún ha ido más allá el jefe del ejecutivo al afirmar que «la UE debe adoptar una postura exigente respecto a Cuba». Sus declaraciones se producen sólo días después de que las autoridades cubanas prohibieran la entrada en La Habana al eurodiputado Luis Yáñez.
Las sucesivas intervenciones de responsables españoles en la línea del acercamiento a la isla ha provocado reticencias en algunos socios comunitarios, sobre todo del Norte de Europa y entre los antiguos miembros del bloque comunista. Ahora, en una entrevista al diario alemán Welt Online, Zapatero afirma que «la política de la UE hacia Cuba no será una prioridad de nuestra presidencia».
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha defendido ante sus colegas de la UE la conveniencia de modificar la llamada Posición común, que exije democracia en Cuba y respeto a los derechos humanos, por un acuerdo de cooperación entre la UE y la isla. Pero el jefe de la diplomacia española también es consciente del rechazo que levanta la idea entre algunos miembros comunitarios y ya ha aclarado que buscará el consenso y, si no lo hay, España seguirá trabajando en el marco bilateral con Cuba. euroXpress