El mensaje ya está lanzado y los dirigentes han tenido tiempo de digerirlo, así que el primer ministro griego Antonis Samaras, va a conocer las reflexiones que se han hecho. El primero en recibir la visita es el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que esta semana ha dicho que una salida griega del euro sería manejable, pero no deseable.
Grecia está en su quinto año de recesión económica, con casi uno de cada cuatro ciudadanos sin trabajo. Samaras, insiste en que puede cumplir las condiciones de la «troika comunitaria» (UE, BCE y FMI) hacer recortes por valor de 11.500 millones de euros para seguir recibiendo fondos, pero necesita más tiempo.
Lo deja claro en la edición de este miércoles del diario alemán Bild, «Permítanme ser muy explícito: no estamos pidiendo dinero adicional (...) Todo lo que queremos es un poco de aire para permitir que la economía funciones y aumentar los ingresos estatales. Más tiempo no significa automáticamente más dinero».
Y eso lo dice, sobre todo, por los ciudadanos alemanes que cada vez que algún país del sur europeo dice algo se echan la mano al bolsillo para asegurarse de que no sale ni un euro. Influenciados por sus dirigentes, que olvidan comentar los muchos euros que se han embolsado con la economía que llevan tiempo imponiendo en la eurozona.
Samaras, intenta sacar dos años más para reducir el déficit de su país por debajo del 3 % del PIB, lo que ahora está previsto para 2014. En el recuento que ha hecho de las reformas está un servicio público más pequeño «saludable y significativamente más eficiente». Por cada diez funcionarios públicos que se jubilan se contrata solo a uno, se han reducido las pensiones, los beneficios sociales, los salarios en el sector público, los costes del sistema de salud y se ha despedido hasta a 40.000 empleados públicos.
La batalla verbal se encona, sobre todo en Alemania que por una parte manda mensajes de una posible salida de Grecia del euro, por otra habla de la irreversibilidad de la moneda única y en el fondo teme que otros países en dificultades sigan el ejemplo de pedir más tiempo.
Para Grecia volver al dracma sería una pesadilla, aumentaría el paro y el nivel de vida bajaría en otro 70%, ya se ha reducido en un 35 % en los últimos tres años, «Significaría al menos cinco años más de recesión», ha dicho Samaras.