La Comisión, junto con un consorcio de diez empresas europeas que lidera la holandesa Shell, pone en marcha el proyecto PETROBOT, para fabricar robots que puedan sustituir a los seres humanos en las inspecciones regulares que deben tener los tanques que almacenan petróleo y gas.
El proyecto durará tres años y participarán Países Bajos, Reino Unido, Suecia, Noruega, Suiza y Alemania. La UE aportará 3,7 millones de euros de los 6,2 millones de euros que cuesta en total. El contrato PETROBOT será firmado en el centro tecnológico de Shell en Amsterdam por altos responsables de la CE y de Shell, en presencia de los miembros del consorcio.
En PETROBOT intervendrán todos los sectores de la industria petroquímica, desde los proveedores de tecnología robótica, a las empresas de servicios de inspección o los usuarios finales. Los robots destinados a la inspección se someterán a ensayo en las instalaciones de los usuarios finales que sean miembros del consorcio. El proyecto incluye actividades especiales que tienen como objetivo preparar a futuros usuarios para aprovechar al máximo la nueva tecnología.
Los robots deberán inspeccionar el interior de contenedores a presión. Cuando estos no estén funcionando se introducirá por un orificio o una boquilla un robot con forma de oruga o de serpiente que recorrerá las paredes para detectar posibles desperfectos.
Cuando los tanques estén en servicio, llenos de gasolina u otros carburantes se introducirá un robot que pueda barrer el fondo del tanque. La capacidad del robot será la de un inspector humano.
La inspección periódica de componentes críticos para la seguridad de las instalaciones de transformación es esencial para garantizar su integridad. En la actualidad las fábricas de almacenamiento de gas y petróleo y las petroquímicas deben paralizar su trabajo mientras que se realiza la inspección.
Los recipientes deben desacoplarse de las secciones en servicio de la instalación (no basta con cerrar una válvula); a continuación, los recipientes se limpian cuidadosamente para eliminar todos los productos que puedan emitir gases inflamables o tóxicos; en el caso de los recipientes de mayores dimensiones, se levantan andamios para que los inspectores puedan acceder a todas las zonas necesarias.
Tras la inspección, que a menudo dura algunas horas, hay que deshacer todo lo anterior. Este largo y costoso procedimiento se podrá abreviar gracias a la tecnología robótica, reduciendo así la exposición del personal a condiciones potencialmente peligrosas, ahorrándole tiempo y recursos al sector, abriendo nuevos mercados para la industria robótica europea, y haciendo posible la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector de la fabricación y el mantenimiento de robots.
Para Neelie Kroes, Vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital, «el proyecto PETROBOT hace patente nuestra voluntad de transferir los resultados de la investigación puntera al mercado, abrir nuevos mercados para las empresas de la UE y crear nuevos puestos de trabajo en Europa.»