La responsable de Agenda Digital de la Comisión Europea, Neelie Kroes, se ha atrevido a criticar la legislación antipiratería que prepara Estados Unidos (SOPA). Poco después del cierre de la web Megaupload, Kroes se manifestaba, a través de twitter, «feliz por el cambio de tendencia en SOPA: no necesitamos mala legislación cuando deberíamos de estar salvaguardando los beneficios de una red abierta».
Kroes se explicaba claramente en otro twit con un ejemplo. «El exceso de velocidad es ilegal, pero no pones badenes en la autopista.» En otro comentario, la comisaria europea dice que «la regulación de internet debe ser efectiva, proporcionada y preservar los beneficios de una red abierta».
El portavoz de Kroes, Ryan Heath, ha tenido que aclarar después en rueda de prensa que la titular europea de Agenda Digital «nunca dirá que la piratería es aceptable, pero la piratería es solo una parte.» La UE, ha dicho, tiene un arsenal jurídico para que los Estados la combatan y garanticen el respeto a las normas. Por si acaso, el portavoz ha matizado que los comentarios de la comisaria no se referían solo al proyecto de ley estadounidense, a pesar de que sus twits llevaban las siglas SOPA (Stop Online Piracy Act).
Lo cierto es que Bruselas lleva años debatiendo el asunto sin decantarse por los intereses de la industria y los profesionales de la cultura o los internautas. Kroes se ha mostrado más preocupada por las posibilidades que abre internet, el retraso europeo en telecomunicaciones y la escasa armonización legal en la materia. En alguna ocasión, la comisaria ha dicho que «el único mercado digital que existe en Europa es el ilegal», para señalar que un verdadero mercado digital único sería un golpe contra la piratería.
Dentro de la Comisión Europea hay voces más rotundas. El responsable de Mercado Interior, el francés Michel Barnier, siempre defensor de los intereses de la industria cultural, ha declarado que «como principio, el robo de propiedad no puede tolerarse». Su idea básica no resuelve, sin embargo, el gran problema. Dice Barnier que quiere que las obras de los creadores estén disponibles en internet y que, al mismo tiempo, estén protegidos contra la piratería.
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