Hace siete años, Córdoba fue la primera ciudad española en pedir la candidatura para ser Capital Europea de la Cultura en 2016. Y, de alguna forma, ya lo está siendo desarrollando una enorme actividad cultural que tiene como pretexto y objetivo a Europa.
Córdoba presume con razón de tener un patrimonio histórico cultural único en el viejo continente y en eso basa su candidatura, en la Córdoba romana, musulmana, judía y cristiana, que le hacen llevar el título de Patrimonio de la Humanidad desde 1994. De ahí el lema de la candidatura: Córdoba, Europa: el futuro tiene raíces.
Su proyecto juega con la tradición cultural pero pretende integrar a todos los ciudadanos y promocionar el arte y la cultura de los cordobeses mucho antes y más allá de 2016. Desde el año pasado tiene en marcha la idea Córdoba en clave 16, por la que cada mes se desarrolle un acontecimiento cultural de importancia. En lo que va de 2010 se ha visto cine de la Unión Europea, fotografía, arte contemporáneo en forma de iconos para 2016, y cosmopoética. Mayo se cierra con los patios cordobeses abiertos a todos y con la feria de Córdoba más vinculada a Europa que nunca. En junio se propone «La Noche Blanca del Flamenco», que pasa por ser el encuentro internacional más importante del mundo en esa disciplina artística. Después llegará el festival de guitarra, el arte fuera de las grandes urbes, el festival de animación y hasta la unión de las culturas del aceite con el arte contemporáneo.
La cultura y otros valores
Pero no es la única baza que juega la ciudad andaluza, el Manifiesto elaborado para la ocasión tiene mucho más de filosofía, sociología e ideología: «Desde la tensión permanente entre tradición e innovación, entre lo individual y lo social, lo local y lo global, la cultura es actualmente el ámbito de la creatividad donde se expresan las actitudes, las conductas y los valores más dispares, pero también una condición inexcusable para el desarrollo sostenible respetuoso con el medio ambiente, la creación de empleo, la igualdad de género y la cohesión social.»
Con ese planteamiento, Córdoba aprovecha la ocasión para renovar sus equipamientos culturales y reformar su patrimonio arquitectónico. Tiene un presupuesto de casi un millón y medio de euros y lo está gestionando, no sólo en la promoción internacional de la ciudad, sino también mirando después de 2016, salga adelante la candidatura o no. Córdoba 2016 dice contar con un apoyo masivo de los ciudadanos, asegura que cada día cien personas más la apoyan a través de Facebook y 68 ayuntamientos de la provincia se han adherido al proyecto.
La gerente de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, Carlota Álvarez Basso, dice que«no hay que olvidar que es un proyecto en el que el protagonista y la cámara no están en el escenario, están en el escenario y en el público. Los protagonistas son los ciudadanos y las ciudadanas, son los que tienen que mostrar voluntad». En julio, el proyecto se presentará ante el Ministerio de Cultura y en septiembre, la Comisión europea hará la primera preselección entre las 16 candidatas españolas. Sólo una será Capital europea de la Cultura en 2016 junto a otra ciudad polaca. euroXpress