El premio capital verde de Europa se concede cada año para animar a las ciudades a mejorar la calidad de vida urbana y para que tengan especialmente en cuenta las cuestiones de medio ambiente en la gestión de la ciudad.
En ese sentido, la ciudad de Copenhague ha diseñado una participación entre los sectores público y privado en cuestiones de ecoinnovación y empleo. Empresas, universidades y otras organizaciones trabajan con el municipio en el desarrollo y puesta en práctica de un crecimiento respetuoso con el medio ambiente. Su proyecto llamado «North Harbour», tiene un «laboratorio verde» que trabajará con las ecotecnologías y que es aplicable en otras ciudades.
El jurado ha considerado a Copenhague una «ciudad modelo» en cuanto a concepción urbanística. Es también pionera en transporte y se está convirtiendo en la ciudad mejor preparada para los ciclistas. Tiene la pretensión de que en 2015, el 50 por ciento de sus habitantes utilicen la bicicleta para trasladarse al trabajo o a los lugares de estudio, en 2010 lo hacía el 30 por ciento de sus habitantes. Además las autoridades municipales quieren que en 2025 sea una ciudad sin emisiones de CO2.
Las otras ciudades finalistas han sido Bristol y Francfort. La capital verde en 2013 será la francesa Nantes.
Las ciudades que se presentan al premio Capital verde europea son evaluadas según 12 indicadores: cambio climático, transportes, zonas verdes urbanas, naturaleza y biodiversidad, calidad del aire, contaminación sonora, residuos, consumo de agua y tratamiento de las aguas usadas, ecoinnovación y empleo, gestión ecológica de las autoridades locales y rendimiento energético.