DURBAN, Sudáfrica, (IPS) - La falta de agua es un problema grave en África austral, donde afecta a casi 100 millones de personas. La región se volverá más caliente y más seca en los próximos 50 a 100 años, lo que pondrá en riesgo el suministro hídrico a las producciones agrícolas, industrias y hogares, además de poner en peligro a los ecosistemas, indican modelos trazados por el sudafricano Consejo de Investigación Científico e Industrial.
A expertos y políticos les preocupa que la planificación sobre cambios en la disponibilidad del agua no esté recibiendo toda la atención que merece. El secretario ejecutivo del Consejo de Ministros Africanos sobre el Agua, Bai-Mass Taal, dice que su grupo está trabajando para elevar el perfil de los temas hídricos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, (COP 17) . «Les decimos a las partes: apreciamos lo que están haciendo en otros sectores, pero sin abordar los temas hídricos directamente todo eso habrá sido en vano», dijo Taal.
De momento, los asuntos relativos al agua se discuten como parte de la planificación, adopción de prioridades e implementación de la adaptación a un clima cambiante. Mientras se espera que cada vez más países padezcan escasez hídrica, la actual posición del agua en las conversaciones climáticas es inadecuada, dijo la secretaria ejecutiva de la Asociación Mundial para el Agua, Ania Grobicki.
«El producto interno bruto (PIB) de muchos países menos adelantados depende del agua. Más del 50 por ciento de los alimentos del mundo procederán de África en el futuro, y esto depende de la disponibilidad de agua», señaló. «Es por eso que este debate debería ir más allá», agregó.
Más del 70 por ciento de la población de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral depende directamente de la agricultura, principalmente de la que se obtiene solo con agua de lluvia.
Las proyecciones del Consejo de Investigación Científica e Industrial están entre las muchas que llaman la atención sobre el efecto que tendrán sobre la población africana los cambios pronosticados en los patrones de lluvias, los limitados recursos destinados a la adaptación y la falta de instituciones para regular el aprovechamiento de los ríos.
Desafíos similares se pronostican para el resto del mundo, pero la falta de riego y de infraestructura general en África es un factor que multiplica la necesidad de una intervención urgente.
La respuesta de África
Al cambiar los patrones de las precipitaciones, África enfrenta crisis importantes. En 2010, millones de personas fueron víctimas de la hambruna en Níger y Mali a raíz de una sequía que afectó a los productores agropecuarios. Este año, el Cuerno de África padece su peor sequía en 50 años, y millones de ciudadanos sufren hambre por ese motivo.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas, unos 12,3 millones de personas necesitan asistencia de emergencia en esa zona. La comisionada de la Unión Africana para la Economía Rural y la Agricultura, Rhoda Peace, señaló que cuando los líderes del continente hablan sobre el cambio climático invariablemente se refieren a sequías e inundaciones, lo que muestra que el agua ya es una prioridad. En 2008, los jefes de Estado africanos resolvieron colocar el agua y el saneamiento como prioridad continental. «Los gobernantes acordaron asignar por lo menos el 0,5 por ciento de su presupuesto nacional al agua», dijo Peace. «Que eso sea realidad es otra historia, pero a algunos países les está yendo muy bien y pueden lograr sus objetivos», agregó.
Brindar un acceso adecuado al agua en toda África costará miles de millones de dólares. Y para los muchos gobiernos africanos que no suelen cumplir sus compromisos, no será posible recaudar las sumas necesarias sin apoyo. El coordinador para África oriental de la Asociación Mundial para el Agua, Simon Thuo, dijo estar sorprendido de que incluso las propuestas del grupo de negociadores africanos mencionen el agua solo superficialmente. Como otros expertos, Thuo cree que aunque las negociaciones climáticas aborden de manera específica la administración de este elemento tan esencial, no recibirá la atención ni la financiación necesarias.