La Unión Europea ha ratificado una decisión que se tomó en mayo en el Parlamento Europeo cuando sus miembros calificaron de "repugnante" la caza de focas. Hay una excepción que se aplicará a productos procedentes de la caza tradicional de las comunidades indígenas, como los inuits de Alaska, siempre que la venta no sea con fines lucrativos.
El texto aprobado prohíbe la "comercialización, la importación, el tránsito o la exportación de productos derivados de la foca" en la U E. Se refiere a productos obtenidos de estos animales, como la carne, el aceite, la grasa, los órganos y las pieles. No se podrán vender pieles en bruto, curtidas o adobadas ni cualquier producto fabricado con ellas, como guantes, gorros o botas que utilizan motoristas y
boxeadores. Tampoco se permitirán productos de parafarmacia que contengan ácidos grasos Omega 3 obtenidos a partir de estos mamíferos.
Canadá ha protestado la decisión de la UE, alegando que viola la normativa de la Organización Mundial del Comercio e insiste en que su caza de focas es "humanitaria, científica y sigue las reglas ambientales de sustentabilidad".
Entre Canadá, Namibia y Groenlandia matan el 60% de los 900.000 mamíferos de esta especie que se cazan cada año.