La Agencia Europea del Medio Ambiente, AEMA, ha presentado su cuarto informe sobre el Estado y las Perspectivas del Medio Ambiente en Europa. La principal conclusión es que no se podrá garantizar «un uso más justo y equitativo de los recursos naturales» en el futuro si no se emprenden acciones contra el cambio climático.
La directora ejecutiva de AEMA, Jacqueline McGlade, ha subrayado la necesidad de que en la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC), se garantice un uso más equilibrado y "prudente" de la tierra y de los recursos hídricos. El informe advierte de que el agotamiento de las reservas naturales y la pérdida de ecosistemas acabarán por «socavar la economía y erosionar la cohesión social de Europa».
El informe deja claro que el modelo actual de consumo y producción está amenazando los recursos y señala la necesidad de acelerar la transición hacia una economía verde que, en opinión de McGlade, podría estar completada en unos 40 años.
En el informe SOER 2010, se señala que la UE está a punto de cumplir su compromiso de reducción de emisiones, está un 17% por debajo del nivel de 1990, es decir muy cerca del 20% que se marcó para 2020. Sin embargo, es muy desigual la reducción en los diferentes sectores. Las emisiones en el transporte, por ejemplo, han aumentado un 24% entre 1990 y 2008.
Pero eso no basta, el cambio climático es un reto continuo y aunque Europa cumpliera todos sus objetivos y los líderes mundiales decidan en la Conferencia de la ONU de Cancún que se está celebrando medidas efectivas, algo que no es nada probable, los países tendrán que continuar adaptándose a los incensantes efectos del calentamiento global. El informe, que se elabora cada cinco años, hace hincapie en la necesaria implicación de los ciudadanos comprometidos con el medio ambiente.
Por su parte, el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, ha recordado que el coste de la pérdida de biodiversidad en Europa se puede elevar hasta el 7% del PIB de la UE en los próximos años. Ha reconocido que luchar contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad o la contaminación medioambiental son complejos de gestionar en un mundo globalizado y ha insistido en la necesidad de integrar el medio ambiente en todas las políticas sectoriales comunitarias y «hacer más verdes todas las industrias».