Ministros y delegados de 20 países además de representantes de la UE, la vicepresidenta primera del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, acudieron en su nombre, Naciones Unidas o el Banco Mundial.
Según los expertos para reconstruir Haití se necesita «una estrategia, mucho dinero y estructura de decisión» en definitiva alguien muy implicado y exprimentado que maneje todo el asunto.
Las Agencias internacionales están siempre a la greña, disputándose cualquier pequeño espacio de poder. No hay más que ver la situación en la que estaba Haití antes del terremoto. Todos estaban allí incluidas 150 Organizaciones no Gubernamentales, la mayoría de ellas con más buena voluntad que capacidad para resolver los problemas reales de la población.
Como ha dicho Paul Collier ex asesor especial de Naciones Unidas para Haití, la palabra correcta no es «recuperación» debería ser «transformación».
Haití necesitará de cinco a 10 años, explicó en la conferencia de Montreal el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, para recuperarse. «Os traigo el agradecimiento de un pueblo que ha sido ensangrentado, martirizado y arruinado pero aún se mantiene en pie» dijo a los asistentes.
En la reunión no se llegó a establecer ninguna ayuda específica, se evaluaron las necesidades más inmediatas y se buscó una estrategia a más largo plazo. Ni siquiera se llegó a un acuerdo para condonar la deuda externa del país, como pedían algunas ONG. Intermón Oxfam, urgió a los países donantes a cancelar unos 900 millones de dólares de la deuda. Bellrive dijo que a la vista de las necesidades esa deuda es algo mínimo.
Haití ha perdido el 60% de su producto Interior Bruto (PIB). A la vista de lo ocurrido, necesita descentralizarse, asegurar el desarrollo evitando que la mayor parte de la población se asiente en la capital Puerto Príncipe que está sobre una falla geológica. Parece que días antes del terremoto, que sucedió recordemos el 12 de enero, los geólogos avisaron de la posibilidad de un seísmo, pero nadie prestó la debida atención.