La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se ha mostrado «consternada por la ejecución con espada de la mujer». «Reconozco la gravedad del crimen y expreso mi apoyo a la familia de la víctima. Pero de todas formas, no pcreo que esta pérdida pueda ser compensada con la muerte de Rizana Nafeek», explica en un comunidado, que recuerda que la UE se opone a la pena de muerte «en todos los casos y todas las circunstancias».
La ejecución se llevó a cabo el miércoles en Dawadmi, una localidad situada al oeste de la capital saudí. Incluso el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, pidió que se detuviera la ejecución y Amnistía Internacional también ha denunciado que Nafeek se retractó de su primera confesión, asegurando que el fallecimiento del bebé se debió accidente. La mujer había alegado que solo tenía 17 años en la época de los hechos, pero los jueces no le dejaron aportar documentos, y no modificaron su sentencia cuando lo demostró.
Francia también ha expresado su oposición de manera firme y constante a la pena de muerte en todo lugar y circunstancia. Asimismo, exhorta a Arabia Saudi a poner fin a las ejecuciones y a instaurar una moratoria.
En 2012, Amnistía Internacional ha contabilizado la ejecución de al menos 79 personas en Arabia Saudí, de las cuales 27 eran extranjeras. Este año ya se ha ejecutado al menos a dos personas, ambas extranjeras.