Los investigadores del Área de Biomateriales, ingeniería de tejidos y medicina regenerativa del proyecto BIOCAPS han conseguido unos nuevos implantes, que podrían estar en el mercado en un plazo breve de tiempo, y que ampliarán el abanico de los materiales de uso biomédico al tiempo que suponen una solución innovadora de aprovechamiento de recursos marinos.
El logro se ha producido en el marco del proyecto europeo MARMED, recién finalizado, que ha permitido a grupos de diez organismos de investigación trabajar de manera coordinada durante tres años para crear nuevas vías de valorización de subproductos y descartes marinos para el diseño y obtención de biopolímeros y biocerámicas de nueva generación.
«El tratamiento de los recursos marinos no está siendo llevado a cabo de manera sostenible, lo que acarrea el descarte de subproductos con un elevado potencial de valorización», explica Julia Serra, investigadora del grupo de Nuevos Materiales de la Universidade de Vigo e integrada en BIOCAPS. «El proyecto MARMED nos ha permitido realizar estudios de casos reales en colaboración con la industria para la generación de productos biomédicos con un alto valor añadido a partir de subproductos marinos procedentes de empresas del sector», añade.
Los investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (IBI) responsables de este hallazgo han obtenido cerámicas biológicas tipo apatitas a partir de descartes de dientes de tiburón tintorera y marrajo.
Los materiales de tipo fosfato cálcico y, en particular, las hidroxiapatitas, son los más demandados en ingeniería de tejidos para reparar, reemplazar o regenerar defectos óseos tanto en cirugía ortopédica como maxilofacial. En la actualidad, la fuente de apatitas biológicas más extendida para la utilización clínica es el hueso bovino, pero este se ha visto en entredicho recientemente por la confirmación del riesgo de transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina –conocida comúnmente como la enfermedad de las vacas locas– formulada por la Food and Drug Administration (FDA).
Esto le otorga un especial valor a la alternativa planteada por los investigadores de BIOCAPS, que sortean estos riesgos proponiendo fuentes de origen marino para obtener estos biomateriales.
El proceso de obtención de las biocerámicas a partir del diente de tiburón comienza con el lavado y secado, continúa con la molienda y termina con la pirolización (tratamiento a muy altas temperaturas para eliminar cualquier resto orgánico). El resultado es un granulado inorgánico que se tamiza en diferentes tamaños según la aplicación requerida y que ha sido testado en ensayos in vitro e in vivo. Estos ensayos, realizados en colaboración con investigadores del área de Endocrinología, metabolismo y nutrición de BIOCAPS, han registrado muy buenos resultados y han demostrado la ausencia de toxicidad.
Colaboración con la industria
Los investigadores del IBI han desarrollado el proyecto en estrecha colaboración con la industria pesquera. Para la obtención del diente de tiburón firmaron un acuerdo de transferencia de materiales con la empresa Copemar, que se dedica, entre otras, a la pesca de pez espada en el Océano Índico. Dado que en esta pesquería es habitual la captura de diferentes especies de tiburón, el acuerdo representa una interesante vía de obtención de materiales que la industria descarta habitualmente.