El borrador de conclusiones de esta cumbre europea marca claramente el camino: «La consolidación fiscal es una condición esencial para volver a un mayor crecimiento y empleo». A partir de ese principio, el Consejo recomendará a los países intervenidos por la UE o con problemas de mercado, como España o Italia, que se ajusten estrictamente a los objetivos marcados, es decir, que sigan con las medidas de ajuste hacia el equilibrio presupuestario.
Aunque España no espera que se conceda una relajación en los plazos para cumplir los objetivos de déficit, está previsto que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, exponga a los socios comunitarios los nuevos condicionantes con que se encuentra para elaborar los presupuestos: el déficit español alcanzó el año pasado el 8,5%, en lugar del 6% comprometido; y las previsiones de crecimiento económico del 0,7% se han tornado en una recesión del 1% para 2012.
Con esos datos es prácticamente imposible conseguir una reducción del déficit hasta el 4,4%, como está previsto, porque supondría llevar a cabo unos recortes estimados en 44.000 millones de euros.El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, cree que la UE podría acceder a rebajar unas décimas el objetivo. Rajoy dijo ayer que "bajaremos el déficit todo lo que podamos. Sin prisa, pero sin pausa".
Sin embargo, la cumbre de jefes de Estado y de gobierno no es el escenario para pedir flexibilidad en los compromisos porque antes corresponde a la Comisión Europea vigilar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Pero el ejecutivo comunitario ha zanjado la cuestión de raíz. El presidente José Manuel Durao Barroso ya ha pedido que los presupuestos españoles se ajusten plenamente a las reglas previstas para corregir el déficit excesivo y, en cualquier caso, espera a conocer en detalle las cuentas españolas para decidir si cabe alguna corrección.
Con este panorama, la opción del gobierno de Rajoy es explicar que España está realizando los ajustes exigidos desde Bruselas e intentar que se acepte la interpretación de que no llegar al déficit del 4,4% no sería incumplimiento del Pacto, porque fue una cifra que se impuso el anterior ejecutivo, y el objetivo final es llegar a un máximo del 3% en 2013.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se ha mostrado menos tajante sobre el caso español y ha asegurado que no hay que dramatizar el incumplimiento: «El Gobierno español nos debe explicar en detalle los diferentes elementos que explican este desvío respecto al objetivo presupuestario de 2011. Examinaremos esta cuestión y veremos qué se puede hacer».
La cumbre europea de primavera se plantea además de insistir en los planes de consolidación fiscal, insistir en la necesidad de reformar los sistemas de pensiones e ir avanzando en medidas que impulsen el crecimiento de la economía europea en los países con déficit aceptables. «Hay que dar prioridad al gasto que constituya una inversión en el crecimiento futuro, con un énfasis particular en la educación, la investigación y la innovación», dice el borrador de conclusiones.