Con una conferencia en la ciudad de Lund (Suecia) y 31 chicos y chicas invitados de honor, uno por cada país que ha participado en el programa Erasmus, celebra la UE que a mediados de este año superó la cifra dos millones.
Los 31 estudiantes seleccionados son los encargados de «representar simbólicamente al Estudiante Erasmus dos millones».
El representante español es Fernando Acosta Martínez, estudiante de ingeniería Industrial en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Durante nueve meses estuvo de Erasmus en la Universidad de Tecnología y Económicas de Budapest. Ha sido elegido porque eligió un destino poco frecuente y porque durante estancia en Budapest realizó un proyecto que presentó a una competición para ingenieros de Fórmula Uno y en la que quedó en segundo lugar.
«Erasmus me ayudó a desarrollarme como estudiante, persona y ahora como ingeniero. Conocer a gente de todo el mundo te cambia y te ayuda a comprender otras culturas», dice Fernando.
Kate Samways, estudiante de románicas en la Universidad de Cardiff (Reino Unido), participó durante diez meses en unas prácticas en el Instituto 2iSA, un centro informática para adultos con minusvalía física de Millau (Francia). Estuvo también en la Universidad de Ca'Foscari de Vanecia (Italia): «Erasmus es para mí sinónimo de oportunidad. Todas las oportunidades que he tenido las he aprovechado, y eso lo tengo que agradecer a Erasmus».
El programa Erasmus, fue creado por iniciativa de la asociación de estudiantes Aegee -Foro de estudiantes Europeos-, en 1987. En estos momentos más de 180.000 estudiantes, viajan cada año para estudiar en un país distinto del suyo. Desde 1997, más de 200.000 profesores de enseñanza superior, han participado también en el programa Erasmus impartiendo clases en el extranjero.
La celebración del Estudiante Erasmus dos millones coincide con la conferencia «Erasmus - el futuro y el Libro Verde sobre la movilidad de los jóvenes», que organiza la Presidencia sueca de la UE. Se debate la forma de mejorar el programa Erasmus y cómo conseguir que desplazarse a otro país para estudiar sea lo normal y no algo excepcional para los jovenes europeos.