Los 53 países participantes en la cumbre de Seúl sobre seguridad nuclear han acordado una serie de medidas para «hacer realidad un mundo sin terrorismo nuclear». Entre los participantes, Estados Unidos, la UE o China, se comprometen a mejorar la protección de los materiales e instalaciones nucleares para evitar el contrabando de material nuclear y reducir el uso de uranio altamente enriquecido con fines médicos. Todo es voluntario.
No hay obligación, pero sí fechas concretas comprometidas. A finales de 2013 se debe haber reducido al máximo el uso de uranio enriquecido y en 2014 deben estar en marcha nuevas medidas para proteger el material atómico.
Los Estados participantes reconocen su responsabilidad en la seguridad nuclear de su material e instalaciones y en su capacidad para que ni información ni tecnología caigan en manos de grupos terroristas. El tráfico ilegal de material atómico es la principal amenaza y se exige mayor control de seguridad y protección de las fuentes radiactivas.
Por eso, de Seúl sale un compromiso para crear una «arquitectura de seguridad nuclear global», por la que el mayor número de países posible debería adherirse a las convenciones internacionales de material atómico.
El comunicado final de la cumbre pide a los Estados acciones voluntarias para minimizar el uso de uranio altamente enriquecido, para prevenir robos y utilización con fines no pacíficos. Bélgica, Francia y Holanda, principales generadores de este material en Europa, se han comprometido a reconvertir antes de 2015 sus industrias para que la producción de isótopos destinados a uso médico se realice con uranio de bajo enriquecimiento. También Estados Unidos y Corea del Sur actuarán en la misma dirección. El uranio altamente enriquecido se emplea habitualmente en tratamientos contra el cáncer pero puede ser utilizado para la fabricación de bombas nucleares.
El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, que calificó de «muy seria» la amenaza de terrorismo nuclear, ha subrayado quela UE tiene prevista ya la reconversión de sus reactores experimentales.
En su intervención ante la cumbre, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se refirió a la tragedia nuclear de Fukushima y a cómo Europa ha revisado su seguridad nuclear posteriormente. «La radiación no conoce fronteras, como demostró el accidente de Fukushima. Por tanto, necesitamos una verdadera cooperación transfronteriza y un enfoque global sobre seguridad nuclear».
La atención mediática de la cumbre ha estado, con todo, en la conversación que captaron los micrófonos entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el presidente saliente de Rusia, Dimitri Medvedev, en la que Obama aseguraba que tendrá «más flexibilidad» con Rusia sobre los desacuerdos sobre la defensa antimisiles, tras su relección en noviembre. El «desliz» ha provocado una tormenta política en la campaña electoral estadounidense, en la que los republicanos acusan a Obama de ablandar su política hacia Rusia sin hacer públicos sus planes.
Los progresos realizados en esta cumbre de Seúl se valorarán y revisarán en 2014 en una nueva cumbre de seguridad nuclear que se celebrará en Holanda.