La crisis económica ha obligado a replantear conceptos económicos, políticos y sociales. Europa ha visto que su modelo es vulnerable y que la recuperación económica debe servir para reorientar su forma de crecimiento y creación de empleo.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, sostiene que «una economía inteligente y una sociedad preparada basadas en unos valores europeos fuertes son indisociables y no tenemos motivos para tener que optar entre abordar los problemas del crecimiento, de unas finanzas públicas viables, de la lucha contra el cambio climático, de la integración social, de una base industrial reforzada y de un sector de servicios dinámico ya que dichas políticas se refuerzan mutuamente».
Por eso la Comisión europea propone una nueva estrategia llamada 2020 para alcanzar esa Europa competitiva, conectada y verde.
Un crecimiento basado en el conocimiento
La propuesta básica es que el crecimiento económico se base en la educación, la investigación y la economía digital. Sólo se puede conseguir en un espacio europeo que sea eficiente, efectivo y dotado de recursos. Para alcanzarlo hay que incentivar a la empresa basada en el conocimiento, conseguir un fácil acceso al crédito y a nuevos tipos de financiación para las pymes.
La Comisión europea entiende que una economía digital será un factor clave para la recuperación económica y el desarrollo regional. Junto a la libre circulación de personas y mercancías, libertad de conocimiento y de tecnología.
El mercado está requiriendo nuevos empleos y eso implica nuevas capacidades. El sindicato UGT considera acertada la propuesta del ejecutivo europeo. «La apuesta es el empleo cualificado, que tiene un valor añadido para la empresa, el trabajador y el consumidor. Eso es lo que Europa puede y debe ofrecer», dice José Luis Aramburu, jefe del gabinete técnico confederal de UGT, quien cree que no hay alternativa que no pase por los sectores punta.
En la misma línea se manifiesta Daniel de la Sota, director de Innovación de los pequeños y medianos empresarios de Madrid, CEIM: «Europa tiene que competir con productividad y nuevos productos. Hacer una economía sostenible, como propone la UE2020, aunque es algo impreciso, es totalmente racional».
Las pymes aportan el 60% del PIB europeo y el 80% del empleo, pero según CEIM, reciben sólo el 15% de las ayudas económicas. No piden ahora más dinero, sino más eficiencia. «Los programas de I+D no se adaptan a las necesidades de las pymes».
Una única estrategia para 27 Estados
De la Sota apunta la variedad de ayudas económicas entre los 27 y da la razón a la Comisión europea, cuando dice que la política de la Unión Europea no puede ser la suma de 27 políticas nacionales. «La intención es buena, pero su aplicación no puede ser desordenada».
UGT también pide más coordinación a la hora de afrontar nuevas estrategias de crecimiento y empleo, porque «cada país tiene su cultura económica y su régimen productivo propio».
Una Europa sin exclusión social
La UE2020 plantea una nueva cultura emprendedora, con mejoras para empleados y autónomos de forma que no se repita la pérdida de puestos de trabajo que ha supuesto la última recesión.
La estrategia 2020 busca evitar la exclusión social y para eso introduce el concepto de «flexiguridad», es decir, flexibilizar los mercados laborales garantizando la seguridad del aprendizaje y la protección social. En este sentido, UGT pide que la idea no se convierta en un recorte a las condiciones de trabajo. Aramburu coincide con la Comisión en que la competitividad es esencial en un mercado globalizado, pero añade que «no podemos acudir con bajos salarios, porque siempre nos ganarán otros».
Para mantener el modelo social europeo, la Comisión pide a los Estados unos regímenes de seguridad social y pensiones adaptados a la crisis, unos sistemas que además tengan en cuenta el envejecimiento de la población europea.
Una economía conectada digitalmente
Para salir definitivamente de la crisis, Europa apuesta por una economía digital, más competitiva, que impulse el crecimiento y la innovación. La herramienta es internet y la UE trabaja ya en lo que será la Agenda Digital europea: banda ancha al 100 % para una red neutral, segura, que garantice la libertad de expresión y los derechos de propiedad intelectual y fomente el comercio on line.
La anterior comisaria de Sociedad de la Información, Viviane Reding, decía que «la economía digital europea posee un enorme potencial para generar ingresos considerables en todos los sectores, aunque para convertir esta ventaja en crecimiento sostenible y nuevos puestos de trabajo, los gobiernos deben demostrar su capacidad de liderazgo adoptando políticas coordinadas que eliminen los obstáculos existentes para nuevos servicios».
Un mercado energético respetuoso con el medio ambiente
Europa debe estar conectada y no sólo por la red, también físicamente. La red de transportes y el mercado energético único son prioritarios en la estrategia 2020. Un mercado que sería «deseable» también para las organizaciones ecologistas. José Luis Garcia, responsable de Cambio Climático y Energía de Greenpeace, está de acuerdo, pero pide «que se ponga el dinero donde se dice que está la política».
La UE2020 tiene el respeto al medio ambiente como línea de cabecera, como ya se ha demostrado en la Cumbre de cambio climático de Copenhague, donde el resto de países no han seguido las propuestas avanzadas de Europa. Greenpeace considera que la apuesta por las energías renovables de la Comisión es un avance importante, aunque insuficiente. José Luis García recuerda que la Comisión europea ha propuesto muchas veces la separación horizontal de las grandes compañías energéticas, sobre todo, eléctricas, y nunca se ha conseguido por oposición de los Estados, y recalca que «el enorme poder de esas compañías frena los avances en la política energética europea». En su opinión la UE2020 debe fijar los objetivos, definirlos bien y tener voluntad política de llevarlos a la práctica.
Un esfuerzo compartido en un mundo global
La UE2020 es una suma de proyectos que la Comisión quiere que sirvan también para revitalizar el papel de Europa en el mundo. Se inscribe en un contexto mundial y, por tanto, debe funcionar con estrategias globales. La salida de la crisis es también una gran oportunidad de cambio hacia un equilibrio sostenible, pero debe contar con políticas fiscales saneadas y supervisión de los mercados financieros.
Bruselas cuenta con aprovechar los instrumentos ya existentes, garantizar una gobernanza transparente y fomentar la interdependencia entre todos los niveles de poder, desde la propia UE hasta las regiones o los interlocutores sociales. euroXpress