Según ha dicho el premier británico, David Cameron, este acuerdo podría convertirse en «el mayor acuerdo comercial bilateral de la historia». Cuando esté cerrado, podría permitir crear «dos millones de empleos adicionales» y aportará «más elección y precios más bajos en nuestras tiendas».
Para el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, aunque las negociaciones «no serán fáciles, merecerá la pena».
El comercio entre La Unión Europea y Estados Unidos se calcula en unos 2.248 millones de euros al día, el pacto entre los dos gigantes podría impulsar la economía de ambas regiones en más de 100.000 millones de dólares anuales.
Hace tres décadas que se comenzó a pensar en la posibilidad de este acuerdo, pero en los años 90 Francia lo rechazó. Ahora parece que podría llegar a buen puerto y con una rapidez inusitada.
La UE y Estados Unidos reúnen casi el 50 % de la producción económica a nivel mundial y casi un tercio del comercio mundial. Pero las conversaciones serán complicadas. Francia ha puesto como condición para no bloquear el lanzamiento de las negociaciones que el audiovisual y los medios en Internet quedaran fuera del acuerdo.
Y se ha mantenido firme hasta que se ha admitido la «excepción cultural», a pesar de que Barroso ha dicho este lunes que la oposición a un tratado comercial completo es «reaccionaria» y más propia de la agenda antiglobalización.
También Obama ha dado un 'toque' en este sentido, «es importante -ha dicho- que lo hagamos bien, y eso significa resistirse a la tentación de reducir nuestras ambiciones o evitar temas complicados solo por el bien de llegar a un acuerdo».
Pero los temas complicados son muchos, entre ellos los productos de alimentación. Los gustos europeos son muy diferentes de los estadounidenses. En la UE, están prohibidos los pollos clorados, es decir, pollos desinfectados con dióxido de cloro, clorato sódico acidificado, fosfato trisódico y peroxiácidos, sustancias que se utilizan en Estados Unidos. En la UE tampoco gusta la carne de vaca tratada con hormonas o los transgénicos.
Mientras que en el país norteamericano no dejan pasar las manzanas europeas, ni los quesos franceses ni los productos lácteos en general.
Un estudio de la Fundación Bertelsmann que se ha conocido este lunes, dice que el acuerdo podría incrementar a largo plazo en un 13 % el PIB de EE UU, pero que apenas si significará un 5 % de media para la UE.
La Comisión Europea ha obtenido un mandato de los veintisiete para negociar. Al final cuando las dos partes hayan alcanzado un acuerdo el Consejo y el Parlamento Europeo deberán aprobarlo o rechazarlo definitivamente.