Tres proyectos europeos de investigación han permitido poner en la carretera coches que se comunican entre sí, que reciben las señales del tráfico de la propia carretera y hacen menos peligrosa la conducción. El sistema está en fase de prueba pero los coches han circulado por una carretera convencional y con el tráfico habitual de Amsterdam.
Imaginemos un coche que circula por una carretera. Es de noche y llueve. Detrás de una curva hay un vehículo accidentado. El primer coche recibe una comunicación de la carretera, de otros vehículos y de los paneles de tráfico con todas las instrucciones que debe trasladar al conductor, ya sea bajar la velocidad, cambiar de carril o tomar el primer desvío. Mucho antes de llegar al lugar del accidente, sin necesidad de ver lo que ha ocurrido en el vehículo se tiene una completa información de lo que ha ocurrido y de las decisiones que hay que tomar en consecuencia.
Estados Unidos y Japón llevan la delantera en cuanto a los sistemas V2I, basados en las tecnologías de la información y dedicados a la seguridad avanzada de vehículos o el transporte inteligente. Europa quiere adelantar en la integración de todos esos programas y su aplicación en la industria automovilística.
Es lo que ocurre con los tres proyectos que la Comisión europea ha co patrocinado desde el año 2006, COOPERS, CVIS y SAFESPOT. Han permitido investigar los aspectos más variados de la comunicación de vehículo a vehículo y de vehículo a infraestructura. Se han desarrollado elementos clave para la comunicación entre vehículos o para mejorar el sistema de localización de coches en movimiento.
Los organismos europeos correspondientes van a comenzar a desarrollar la normativa necesaria para el V2V y el V2I para que estén listas para finales de 2013. En 2015 se espera que los automóviles estarán equipados con estos sistemas.