Se trata de coches eléctricos de unos 450 kilos de peso, con unas ruedas robotizadas que les permiten girar sobre sí mismos y que a la hora de aparcar se pliegan en vertical y se apilan como carritos de la compra.
La idea, según explica uno de los responsables del proyecto Ryan Chin, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), es tener flotas de estos vehículos en las ciudades, que se podrán recoger en un punto determinado utilizarlos en los desplazamientos por la ciudad y devolverlos en el punto de aparcamiento. De esta forma se evitará la circulación de grandes coches, embotellamientos y contaminación.
Los coches tendrán autonomía para recorridos de hasta 100 kilómetros. Habrá una red de estaciones de recarga que permitirán llenar las baterías en unos 30 minutos.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts, en colaboración con la Universidad de Vitoria, desarrolla un proyecto para poner en marcha, previsiblemente en enero, el primer prototipo a escala real en España.
Ryan Chin, que se encuentra en Málaga donde se ha celebrado por primera vez en Europa el Congreso EmTech, advierte que estos vehículos rompen por completo con la tradicional movilidad en las ciudades basada en el vehículo particular, una idea que no gusta a los fabricantes de automóviles.
Aunque ahora que vamos a ser 7.000 millones de personas sobre el planeta, tendremos que estudiar seriamente la forma de ocupar menos espacio y no contaminar tanto.