La propuesta de la Comisión Europea fija unos objetivos intermedios obligatorios de 130 gr. en 2015 para los coches y de 175 gr. en 2017 para las furgonetas. Bruselas dice que con estas propuestas no solo se protege el clima y se ahorra dinero, sino que se impulsa la innovación y la competitividad de la industria europea del automóvil.
Según los cálculos cada turismo nuevo ahorrará a su dueño en torno a 340 euros en combustible el primer año, y un total de entre 2.904 y 3.836 euros durante los 13 años de vida útil del vehículo, comparando con 2015. En el caso de las furgonetas, el ahorro medio en combustible será de unos 400 euros el primer año y entre 3.363 y 4.564 euros durante toda la vida útil de 13 años.
El ahorro deCO2 a la atmósfera será de unos 420 millones de toneladas hasta 2030. La propuesta tiene que ser aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo. La reducción de emisiones a la atmósfera de los automóviles y las furgonetas forma parte de los objetivos de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 por ciento por debajo de los nivele de 1990 de aquí a 2020 y avanzar en la descarbonización del sector del transporte.
Los turismos y las furgonetas son los responsables de alrededor del 15 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de la UE, incluidas las emisiones derivadas del abastecimiento de combustible.
A la organización ecologista Greeenpeace no le parece que esos objetivos sean suficientes y emplaza al Parlamento y al Consejo a que fijen máximos más bajos. Propone que se limite a 80 gr. de CO2 por kilómetro la emisión de los coches en 2020 y que se reduzca a 60 gr. en 2025. Para greenpeace la propuesta de la Comisión «lleva la huella del lobby automovilístico». La organización advierte que Europa es actualmente «líder mundial en eficiencia de vehículos, pero Estados Unidos y China están alcanzándole».