La 55 edición del Festival Internacional de Cine Documental y Animación de Leipzig, conocido como DOK Leipzig, ha sido el escenario del estreno mundial del primer largometraje de Chico Pereira, un joven director de cine manchego que ha querido contar, en 'El Invierno de Pablo', el vacío emocional de los trabajadores de la minas de mercurio de Almadén (Ciudad Real), su pueblo natal. La cinta participa en la sección Lugares de Trabajo Saludables patrocinada por la Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo.
La película es un homenaje ético y sentimental a toda una generación que vivió, enfermó y murió en la ya cerrada minería de mercurio. Pereira recupera los espacios sentimentales de Pablo, un minero jubilado que sirve de hilo argumental para narrar la realidad de toda una comarca que lleva 15 años enfrentándose a un futuro de emigración y depresión económica.
El joven cineasta, que actualmente reside en Escocia, se trasladó a su pueblo natal con la necesidad emocional de filmar la vida normal de un pueblo que de 15.000 habitantes ha pasado a 6.000. Pereira define muy orgullosamente de «cine de pueblo» a su ópera prima. La producción corrió a cargo de la solidaridad de un conocido que cedió una furgoneta para trasladar el material cinematográfico, de las señoras de Almadén que alimentaron al equipo, compuesto por un escocés, dos alemanes y un español, de comida típica manchega, y de la hospitalidad de un amigo de Pereira que cedió un piso donde vivir durante siete semanas.
Antes que en Leipzig, la película ya ha sido proyectada en el salón de actos del centro cultural de Almadén que se quedó sin butacas vacías en las dos ocasiones en las que se proyectó 'El Invierno de Pablo'. La narración «no es más que el invierno que vive el pueblo» después del cierre de las minas, de donde se han extraído el 75 por ciento del total del mercurio del mundo.
Independientemente de que la película sea premiada en Leipzig, Chico Peralta ya ha ganado: «he podido estar en muchos festivales internacionales pero ninguno se asemeja a la proyección que tuvo lugar en mi pueblo», afirma un emocionado cineasta que se mira en el neorrealismo italiano para construir sus historias reales pero con una puesta en escena propia de ficción.
El cineasta manchego, formado en Cinematografía en la Universidad de Escocia, espera salir de la cita alemana con algún contacto que le posibilite distribuir su película por Europa. Se muestra quejoso de la poca atención gubernamental de la que goza el cine documental aunque «no le dedico mucho tiempo a la crisis».
Si la crisis no habla de los jóvenes talentos, Pereira tampoco quiere seguir hablando de crisis y está dispuesto a mostrar proyectos concretos que minimicen los riesgos de las productoras. Con 'El Invierno de Pablo, un álbum de fotos, en blanco y negro, del alma de su pueblo, espera que le sirva como carta de presentación para tomar un «camino personal» en el difícil mundo del cine documental.
De momento, lejos de regresar a España, donde la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha le concedió una subvención, antes de estallar la crisis, que «ni ha llegado ni se le espera», abandonará Escocia para probar suerte en Estados Unidos y seguir buscando caminos artísticos que le permitan continuar contando historias «de personas y no de personajes».