¿Qué pasó en la reunión del eurogrupo?, cuando se hace la pregunta todos miran a un lado y a otro como si no fuera con ellos, para terminar diciendo que fue el presidente chipriota quien lo propuso.
El presidente del Parlamento de Chipre, Yiannakis Omirou, calificó lo que había ocurrido como «chantaje» y recomendó a los diputados que no lo aprobaran. Exactamente lo que han hecho, incluido el partido del Gobierno (Disy). Frente al Parlamento la multitud que esperaba el resultado ha aplaudido con entusiasmo.
El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que toma nota del rechazo y se reafirma en que facilitará la liquidez necesaria a los bancos de la isla que permanecerán cerrados al menos hasta el jueves por miedo a que los depositantes se lleven su dinero. Lo que se llama un corralito, algo que nadie se imaginaba que se pudiera ver en la Unión Europea.
El plan que Anastasiadis ha presentado al Parlamento, alternativo al del eurogrupo, impone un gravamen de un 6,75 % a los depósitos bancarios superiores a los 20.000 euros a partir de los 100.000 la tasa será del 9,9 %.
Un plan diferente al planteado en la reunión del eurogrupo que gravaba con un 6,75 % a todos los depósitos bancarios hasta 100.000 euros, mientras que para los que pasen de esa cifra el impuesto sería de un 9,9 %. El Fondo Europeo de Garantía dice que los depósitos de hasta 100.000 euros están asegurados y no se les aplicará tasa alguna.
¿Porqué necesita Chipre un rescate?
La isla tiene un sector bancario sobredimensionado que ha sufrido enormemente con la reestructuración de la deuda soberana griega. Por otra parte ha estado funcionando como una especie de paraíso fiscal para el dinero ruso. Las necesidades de recapitalización llegan a los 17.000 millones de euros y la eurozona no está dispuesta a dar más que 10.000 millones de euros, los otros 5.800 millones de euros los deberán poner los ahorradores.
El ministro francés de finanzas, Pierre Moscovici, afirmó el pasado viernes que la deuda podría llegar a ser inmanejable «Por encima de 10.00 millones de euros estamos entrando en una deuda de un tamaño que no es sostenible», dijo. El gran tamaño del sector financiero chipriota ha hecho que necesite prácticamente el 100 % de su PIB.
La troika ha diseñado un programa de rescate a la medida de Chipre y de los otros países que como Alemania no estaban dispuestos a permitir que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) rescate a los depositantes rusos.
Aunque el plan propuesto ha sido como un jarro de agua fría para la eurozona, los países con problemas como España se han echado la mano al bolsillo, era algo que estaba planeado desde hace algunos meses. Chipre, la tercera economía más pequeña de la UE ha ostentado por primera vez la presidencia de turno de la Unión hasta el pasado diciembre. En julio el presidente Demetris Christofias, del partido comunista AKEL, había pedido el rescate.
Desde entonces la troika ha estado examinando las finanzas del pequeño país y marcando la fecha en la que se concedería el rescate: en la reunión de marzo una vez que el nuevo presidente salido de las urnas, el conservador Nikos Anastasiadis, hubiera tomado posesión del cargo. No ha sido el único en estrenarse en este eurogrupo también lo ha hecho el nuevo presidente, el holandés Jeroen Dijsselbloem.
Probablemente en los cálculos no entraba la indignación de los chipriotas que han salido a la calle a gritar «NO». Anastasiades se ha visto entre la espada y la pared, por un lado los pequeños ahorradores chipriotas que no pueden imaginar que tengan que pagar la reestructuración de la banca y los grandes depositarios, en su mayoría extranjeros incluidos rusos ricos.
El ministro de Finanzas de Chipre, del que se ha dicho que había dimitido, ha viajado este martes a Rusia para buscar ayuda. A cambio los bonos de los grandes depósitos de gas, todavía sin explotar, que se han descubierto cerca de la costa chipriota .