El presidente chino Xi Jinping se ha reunido en Bruselas con los presidentes de la Comisión, José Durao Barroso; del Consejo, Herman Van Rompuy y del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Para la Unión Europea las conversaciones de hoy servirán para tener una hoja de ruta que permita llegar a un futuro acuerdo de asociación con China, aunque no se espera que se produzca a corto plazo, hasta que no se hayan visto los resultados en el acuerdo de inversiones.
Entre los puntos de fricción, como siempre que hay reuniones entre dirigentes chinos y europeos, han estado el cambio climático y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, el presidente chino ha mostrado su interés en reducir las emisiones de CO2, aunque, tal y como ha recalcado en diversas ocasiones, siempre y cuando no afecte al crecimiento del país. Durante la reunión también se han tratado los derechos humanos y la libertad de expresión en el gigante asiático, donde aún hay presos políticos y que según organizaciones como Freedom House, es uno de los países con peor calificación en el respeto al Estado de derecho y que más periodistas encarcela. Durante las visitas de dirigentes chinos a la capital comunitaria nunca permiten que haya ruedas de prensa.
A pesar de las buenas relaciones que la UE y China tienen en materia comercial, hace unos días el Ejecutivo comunitario anunció que estudian investigar a algunas compañías de telecomunicaciones por presunto anti-dumping. Sin embargo, poco antes de la visita de Xi Jinping a Europa, Bruselas y Pekín resolvieron las disputas que mantenían sobre las importaciones de polisilicona procedente de China, un material que se utiliza para la creación de paneles solares.
Bélgica es el tercer país del viaje de Xi a Europa, tras haber pasado por Francia y La Haya, donde ha participado en la Cumbre nuclear. El Presidente chino ha llegado a Bélgica con el firme propósito de afianzar sus relaciones con los Veintiocho y también con el país, a través de la conocida como "diplomacia panda": la nación más poblada del mundo suele ofrecer osos panda a los países con los que le interesa mantener lazos comerciales y diplomáticos. Así lo hizo con Bélgica, a quién donó dos ejemplares de este especie en peligro de extinción en febrero. Xi los visitó ayer, junto a su esposa Peng Liyuan y los reyes belgas, Felipe y Matilde.
La primera dama china también ha tenido un papel importante en la visita del mandatario chino, aunque siempre en actos extraprotocolarios. "Las primeras damas" de los líderes europeos, Margarida Barroso y Geertrui Van Rompuy, han ofrecido una recepción a Peng. Es un hecho insólito que las cónyuges de los Presidentes Barroso y Van Rompuy reciban a la mujer de otro mandatario. Sin embargo, en Bruselas consideran que es un gesto que demuestra la seriedad con la que se toman a China.