En su «tour» por el norte de Europa, el líder del país más habitado del planeta ha hecho su primera parada en una remota y pequeña isla, de unos 320.000 habitantes que necesita una importante inyección de dinero para su maltrecha economía. El gigante asiático ha manifestado en Islandia su interés en obtener el estatus de observador en el Consejo del Ártico. Petición que repetirá en su visita a Suecia.
En Reykijavic ha firmado seis acuerdos de cooperación para participar en exploraciones científicas y tecnológicas relacionadas con las investigaciones marina, polar, geotérmica y de energía solar. El Ártico y sus vastas reservas de hidrocarburos, diamantes, oro, hierro y zinc, no son ajenas a los intereses de Pekín, ávido por las riquezas minerales del planeta.
El calentamiento global y el deshielo de ese océano han dejado al alcance de las tecnologías de extracción, nuevas reservas de petróleo y gas y abren una nueva ruta marítima entre la costa este norteamericana, Europa y Asia, mucho más corta que el conflictivo mar Rojo.
La compañía islandesa «Orka Energy Ltd», especializada en producir energía geotérmica, y la china 'Sinopec Group' han firmado un acuerdo para desarrollar este tipo de energía en los hogares chinos y producir electricidad. Tampoco se puede olvidar que un inversor chino está luchando desde hace un año contra la decisión del gobierno de la isla que le impide comprar una vasta extensión de tierra en el noreste de la isla para abrir un negocio turístico, aunque muchos creen que podría acoger una futura base naval china que sería una estrategia para hacerse un hueco en la región. China no sólo estaría cerca del Ártico, sino también de Canadá y Estados Unidos.
En Alemania, Wen Jiabao se entrevistará con la canciller Angela Merkel y está previsto que la empresa Volkswagen anuncie la construcción de una nueva planta en China.y en Polonia, el país de la Europa del Este que más está creciendo económicamente, quiere invertir en carreteras, bancos y en sector energético.
Pekín considera prioritarias sus relaciones con los países europeos del centro y este del viejo continente, con los que desea aumentar la inversión y el comercio y participar en su transformación económica y reestructuración industrial.
En plena crisis siria, la primera ministra islandesa, Johanna Sigurdardottir, le ha pedido a su homólogo chino que Pekín respete «las cuestiones relativas a los derechos humanos, de los ciudadanos y sus compromisos internacionales en este ámbito».
Wen, un amante de la geología, ha podido visitar los geiseres y plantas geotérmicas, aunque seguramente su vista se ha fijado en otras riquezas naturales más atractivas para la economía de su país.