Con su triunfo en el Allianz Arena de Munich, el Chelsea se convierte en el campeón número 22 de la Champions League, la primera copa de Europa para el club de Roman Abramovich, en el que ha gastado 700 millones en los últimos ocho años.
Sin duda esta Champions tiene un nombre propio, un jugador que tardarán mucho tiempo en olvidar los seguidores del Chelsea. Drogba, a sus 34 años, no solo fue el jugador clave en los dos partidos de semifinales frente al Barça, sino que con su gol en el minuto 88, empataba el encuentro frente al Bayern, que se adelantó con un tanto de Müller, y volvía a dar esperanzas a un equipo que no figuraba este año entre los candidatos para conseguir este tan preciado trofeo. También fue el artífice del gol que le dio la victoria en la tanda de penaltis, momento este que hizo que se desatara la locura en todo el equipo inglés.
Como en toda final, aquí también tenía que haber un equipo perdedor, que en esta ocasión le tocó al Bayern, cuyos jugadores cayeron desolados al ser derrotados de esta forma, ya que el equipo alemán, por juego y ocasiones mereció mucho más. Especialmente afectados estaban Robben, que falló un penalti en la prórroga que le hubiera dado la victoria, y Schweingteiger, que erró el último penalti de su equipo (anteriormente había fallado para su equipo Olic y para el Chelsea el español Mata .
El Bayern, favorito, ha cumplido la maldición de que la Champions no se gana en casa, aunque no había conocido la derrota en su estadio en esta edición. Esta noche ha desarrollado potencia, ataque y juego para romper la imagen de segundón que se ha ganado en Alemania, toreado por el Borussia Dortmund, pero no se ha traducido en goles.
El Chelsea, confiado por haber desbancado al Barça en semifinales y haber conquistado la FA Cup, ha salido a por todas y, con menos juego pero quizá más voluntad, ha conseguido tener la suerte de su parte. Lo ha reconocido el entrenador, Roberto Di Matteo: «El Bayern jugó bien y tuvo más ocasiones. Cuando se llega a los penaltis es una lotería y hemos tenido más suerte que el Bayern»,
Se ha dicho que esta final de la Champions suponía enfrentar a la tradición contra el dinero. Se presentaba un duelo de estilos por la corona del fútbol europeo y tenía que haber un vencedor. Ha sido el Chelsea, contra pronóstico.