Un total de 44,8 millones de personas respiraron aire contaminado durante 2013 en el Estado español. El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción que se presenta hoy concluye que el 95 por ciento de la población estuvo expuesta a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El tráfico en las zonas metropolitanas es la principal razón de la contaminación. Sin embargo, las administraciones públicas continúan sin afrontar un problema que afecta a la salud de la ciudadanía: fallecen 12 veces más personas por la mala calidad del aire que por accidente de tráfico.
El informe elaborado por un equipo de Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en las estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado. Presenta datos exhaustivos de la calidad del aire, por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.
Los que provocan más problemas de salud son las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de azufre (SO2). Para la valoración del porcentaje de población que respira aire contaminado se han tenido en cuenta todos estos contaminantes. El ozono ha sido uno de los contaminantes que más ha incrementado su incidencia en 2013, mientras que otros han declinado ligeramente, como el caso del dióxido de nitrógeno y las partículas.
Por primera vez en el año 2013 se registraron valores de benzopireno, otro contaminante muy peligroso para la salud, por encima de la ley. En concreto fue en la zona de la Plana de Vic, en el interior de Barcelona. Esto no quiere decir que el problema sólo afecte a ese territorio, dado que es un contaminante que apenas se mide en el resto de las estaciones del Estado.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo a esos niveles recomendados, el aire contaminado afectó en 2013 a 44,8 millones de personas en el Estado español, el 95% de su población.
Si se toman los valores límite establecidos por la Unión Europea, la población que respira aire contaminado por encima de los valores legales es de 16,8 millones de personas, un 36% del total. Es decir, más de uno de cada tres españoles respira un aire que infringe los límites que marca la ley.
La principal fuente de contaminación en áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico rodado.
El ozono troposférico es el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano como resultado del cambio climático. Durante el año 2013, la práctica totalidad de la población española respiró aire con concentraciones de ozono peligrosas para la salud.
El dióxido de nitrógeno (NO2 ) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire afectan a dos terceras partes de la población del Estado. Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pesar de que el año pasado continuó la tendencia a la baja de estos dos contaminantes que se inició en 2007.
La reducción de las partículas, el NO2 y el SO2 se debe fundamentalmente a la crisis, que ha provocado una reducción forzada de la movilidad (el consumo de combustibles de automoción en 2013 fue un 24% inferior al registrado en 2007) y la disminución de la actividad industrial. También contribuye en esta tendencia la evolución del parque automovilístico hacia vehículos más pequeños y eficientes, así como la sustitución de la generación eléctrica en centrales térmicas (que ha reducido su aportación desde en un 27% desde 2008) por la energía eólica y solar. No se puede decir, por tanto, que la reducción de estos contaminantes se deba a las medidas adoptadas por las administraciones públicas, sino a una cuestión coyuntural.
La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, tal y como se deriva del Informe elaborado por Ecologistas en Acción. Cada año se registran 19.940 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a estudios de la Comisión Europea. El aire contaminado fue incluido por la OMS en el grupo 1 de sustancias que provocan cáncer –el más alto de la escala–.
Las administraciones públicas arriesgan la salud de la ciudadanía y el pago de una multa millonaria por vulneración de la ley. La Comisión Europea inició, en enero de 2009, un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la normativa sobre calidad del aire que está a punto de llegar al Tribunal de Justicia Europeo.
La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire y los Planes de Acción para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en muchos casos, no existen y en otros son inefectivos por falta de voluntad política. Estos planes son responsabilidad de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente aprobó hace más de un año el Plan Aire, pero apenas ha tenido desarrollo, por falta de voluntad política. El incremento de la velocidad máxima en carretera a 130 km/h va en la dirección opuesta a lo que se debe hacer para encarar el problema. Otras medidas tomadas recientemente también son contraproducentes.
Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público (en especial el eléctrico). Es necesario, además, dar facilidades a los medios no motorizados en las ciudades.
Para mejorar el aire de las zonas industriales la mejor estrategia es la adopción generalizada de las mejores tecnologías industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular de las que utilizan carbón.