Son guardias civiles, pero en lugar de perseguir a los inmigrantes indocumentados como el resto de los policías en España, están para defenderlos de los muchos delitos de los que son víctimas. "Muchas veces vestimos de paisano y nos desplazamos por la provincia para recoger denuncias en cuarteles de la Guardia Civil, domicilios, hospitales y organizaciones no gubernamentales".
Un nuevo documento del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), organismo diplomático de la Unión Europea (UE), considera la posibilidad de involucrar a militares en los esfuerzos en el sur del mar Mediterráneo para impedir la llegada de inmigrantes irregulares y refugiados.
Youssef ha cruzado el desierto del Sahara con un mapa escolar de Europa doblado en el bolsillo. «¿Podría indicarme dónde está Lampedusa? Yo no la encuentro», dice este nigeriano de 28 años en la capital de Libia. La pequeña isla italiana de Lampedusa está donde siempre: en el mar Mediterráneo a 600 kilómetros al noroeste de Trípoli. Pero llegar a ella se ha convertido en sueño imposible de inmigrantes y refugiados africanos.
Este lunes entra en vigor el nuevo sistema de vigilancia de fronteras Eurosur, con el objetivo de ayudar en salvamentos marítimos. Participan 18 países de la Unión Europea.
¿Dónde está Lampedusa?
La Defensora del Pueblo Europea, la irlandesa Emily O'Reilly, ha pedido en el Parlamento Europeo a Frontex, la agencia que coordina las fronteras exteriores, que establezca un mecanismo interno de control para gestionar las posibles infracciones de derechos humanos que puedan surgir en sus operaciones.
La Comisión Europea ha recordado que no acoger a los demandantes de asilo va contra las normas internacionales y de la UE, refiriéndose a la denuncia de la ONU sobre el rechazo a refugiados sirios en las fronteras de Bulgaria y Grecia.
Antes de que termine 2013, el país balcánico podría recibir más de 11.000 refugiados sirios. Su cercanía geográfica con Siria le sitúa como la esperanza europea para salir del terror de una guerra civil que dura ya años y con pocas esperanzas de un próximo final.