La primera visita del papa fuera de Roma ha sido a Lampedusa para visitar a los «sin papeles», que quedan atrapados en el limbo de la pobreza a las puertas de la riqueza. Francisco ha recordado a los miles de inmigrantes que han muerto en el mar «en esas barcas, vías de esperanza que se han convertido en un camino de muerte».
Mohamed Rachid acaba de llegar desde Burdeos en coche con su família a Algeciras. Enseña su carnet de conducir a un policía antes de subir al ferry que les cruzará el Mediterráneo hasta Marruecos. Nojian, tirita de frío en los brazos de su madre en el puerto italiano de Roccela Jonica. Acaba de nacer en una patera que cruzaba el Mediterráneo desde algún puerto de Turquía. Son las dos realidades de la emigración entre África y Europa.
El rostro de la población migrante cambia de forma drástica, dado que las mujeres y las niñas representan alrededor de la mitad de las 214 millones de personas que han debido abandonar sus lugares de origen en el mundo. En algunas regiones superan a los hombres, detalla Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Mientras los combates prosiguen en Siria, familias desesperadas escapan hacia el oeste rumbo a Grecia. Pero en este país no reciben precisamente una calurosa bienvenida . En Grecia encuentran operativos masivos para cerrar las fronteras y reunir a quienes las autoridades consideran «inmigrantes ilegales», mediante redadas arbitrarias, centros de detención en malas condiciones y una fuerte persecución racial.
Hace exactamente 22 años la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. Ahora, «con las restricciones presupuestarias, vemos medidas de austeridad que discriminan a los trabajadores migrantes, una retórica xenófoba que alienta la violencia y propuestas de leyes que permiten a la policía elaborar perfiles de los migrantes con total impunidad» dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su mensaje del Día Internacional del Migrante, que se ha celebrado este martes.
Una huelga de hambre en la que participaron 70 inmigrantes que se encontraban confinados en centros de detención fuertemente custodiados de Polonia ha obligado al país a afrontar sus nuevas responsabilidades como foco de migraciones de la Unión Europea. Polonia tiene actualmente seis centros de detención de «inmigrantes irregulares», o extranjeros que viven sin documentos en el país, a la espera de ser deportados después de que sus solicitudes de asilo fueran rechazadas o después de ser detenidos al intentar cruzar la frontera para internarse más en Europa.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el Día Internacional del Migrante en medio de informes de una creciente xenofobia, especialmente en Europa. El drástico incremento del odio hacia los inmigrantes se debe a varios factores, entre ellos la crisis económica, la propagación de la islamofobia y, sobre todo, la reaparición de partidos políticos de derecha en varios países, como Alemania, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Suecia y Suiza.