La cantidad de armas nucleares en el mundo descendió levemente, pero la modernización de ese arsenal sigue avanzando, advierte el Anuario 2015 del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri), publicado el lunes 15.
Tras casi cuatro semanas de negociaciones, la Conferencia Internacional de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) ha tenido una conclusión previsible, un texto que refleja abrumadoramente las opiniones e intereses de los Estados con armas nucleares y de algunos de sus aliados.
En el contexto de una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, la ONU ha inaugurado la quinquenal conferencia internacional de examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). En la conferencia de este año, que tiene lugar durante cuatro semanas hasta el 22 de mayo, se analiza la propuesta de un tratado de prohibición de armas nucleares.
En un artículo satírico del diario Wall Street Journal titulado 'Una mirada poco seria al año venidero', Hugo Rifkind pronostica que el precio del barril de petróleo caerá tanto que la gente terminará por comprar el barril y tirar su contenido.
Ese escenario quizá sea improbable, pero la fuerte caída de los precios del oro negro, que esta semana ha descendido a 50 dólares en Nueva York, ha generado buenas y, en su mayoría, malas noticias.
Las 100 mayores empresas productoras de armas vendieron 402.000 millones de dólares en 2013, según el (Sipri). La venta de armas y servicios militares descendieron un 2,0 por ciento respecto a 2012, en lo que es el tercer descenso anual consecutivo, Sin embargo, las ventas de las compañías rusas crecieron un 20 por ciento en 2013 en comparación con las de Estados Unidos y otros fabricantes de armas occidentales.
Los países bálticos están preocupados por la cada vez mayor actividad de aviones militares rusos en su espacio aéreo. Tras 50 años bajo ocupación soviética no se fían de las aspiraciones expansionistas rusas espoleadas por la ocupación en Ucrania. Según declaraciones de Denis Pushilin, portavoz delos separatistas prorrusos, «el ejército ha comenzado a retirar unidades de artillería con calibre mayor a 100 milímetros en el sur de Donetsk».
Un representante de la sociedad civil provocó la risa de los presentes cuando declaró su «admiración por el delegado de Estados Unidos que, con una intervención insensible, inoportuna, inadecuada y diplomáticamente inepta, había conseguido disipar la considerable buena voluntad» que Washington había obtenido al participar en la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares.