Este mes de febrero se cumplen 30 años de la muerte de Julio Cortázar
Como muchos escritores, también Julio Cortázar (1914-1984) comenzó haciendo poesía. Su primer libro, Presencia, reunía una colección de sonetos (para Cortázar el soneto era la expresión más acabada de la poesía) que el escritor publicó en 1938 con el seudónimo de Julio Denis y que nunca más se volvieron a editar. Las influencias de la poesía simbolista de Baudelaire y Mallarmée, y sobre todo de John Keats, presentes en esta obra, van a permanecer en sus poemarios posteriores, como se aprecia en Pameos y meopas (1971), Le ragioni della cólera (1982) y Salvo el crepúsculo (1984), su último trabajo, que entregó a su editor la víspera de su muerte: la fidelidad a la poesía permaneció hasta el final.Un año más Madrid se convierte en el escaparate de las producciones más actuales con la Feria de Arte Contemporáneo ARCO y otras que han surgido a su alrededor. Una nueva edición donde se busca la vanguardia del arte aunque no siempre se encuentra, en esta ocasión con la polémica añadida sobre el IVA que se debe aplicar a las obras de arte en España. Finlandia es el país invitado.
La publicación de las memorias del fotógrafo coincide con «génesis», una exposición que reivindica la naturaleza y el medio ambiente
«La fotografía es una escritura de una gran fuerza, que puede leerse en todo el mundo sin necesidad de traducción... las fotografías son fracciones de segundo que relatan historias completas». Son definiciones de Sebastiao Salgado recogidas por la periodista Isabelle Francq en «De mi tierra a la Tierra».
Llega al Museo Thyssen de Madrid una completa retrospectiva del artista que adelantó el modernismo en la pintura. La obra de Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839-1906) trasciende los límites del movimiento impresionista, con cuyos artistas expuso en varias ocasiones (con «La maison du pendu» participó en 1874 en la primera exposición del grupo, con Monet, Renoir, Degas), para enlazar con los presupuestos pictóricos del siglo XX.
Dos bustos de mujer que representan la castidad y la lujuria, muestran el universo de la obra de uno de los pintores menos conocido del Renacimiento. Giuseppe Arcimboldo (1526-1593) no es uno de los pintores más conocidos del Renacimiento y sin embargo ha conseguido algo de lo que muy pocos artistas han sido capaces: que sus pinturas sean identificadas en una primera mirada.