La inflación en la zona euro se situó en junio en un 2,6 por ciento, una décima más que en el mes de mayo. La tasa interanual (junio 2011-junio 2012) es tres décimas inferor, según datos de Eurostat, la oficina comunitaria de estadística. Alcohol, tabaco, vivienda y transportes son los que más han subido. Suecia es el país con menos inflación, el 0,9 por ciento.
Las prendas de vestir y productos textiles, juguetes y vehículos de motor encabezan la lista de productos peligrosos que se fabrican o llegan a la Unión Europea. España ha sido el país que más productos ha detectado y notificado para que se tomaran las medidas adecuadas.
Los europeos están dispuestos a poner más de su parte para proteger los recursos hídricos, y creen que la industria, la agricultura y los productores de energía deben hacerlo también. Piden más información, pagar un precio justo por el agua y más multas si es necesario. Son conscientes de que el agua es un bien que se debe cuidar.
El brusco descenso de las ventas de coches en Francia e Italia en febrero ha movido a la baja al mercado automovilístico europeo y acentúa así la grave crisis de consumo. En Alemania, las matriculaciones se mantienen estables y en España bajan ligeramente. Si se comparan las ventas de febrero con las del mismo mes del año anterior, el descenso es del 9,7 %.
La Comisión Europea rechaza de plano las previsiones de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones para retrasar un año más la rebaja en las tarifas de terminación, las que se aplican entre sí las compañías por las llamadas, y exige que se cumplan los plazos previstos para reducir en diciembre de 2012 unos precios que repercuten en el coste que pagan los usuarios de teléfonos móviles.
Ochenta y nueve millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año en la UE o, lo que es lo mismo, 179 kilos por habitante. La paradoja la ponen otras cifras: en Europa hay 79 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza y 16 millones dependen de la caridad. El Parlamento Europeo ha propuesto cambios en las fechas de caducidad, en el envasado y en los precios para evitar el despilfarro de comida.
La ley europea sobre bienestar animal de 2006 no ha dado los resultados esperados. La norma no se adapta a las distintas condiciones de los países de la UE, los Estados no la aplican correctamente y no todos los profesionales tienen los conocimientos necesarios. Con este mea culpa, la Comisión Europea ha presentado una nueva estrategia para facilitar su cumplimiento.