El Comité Europeo de las Regiones (CDR) ha aprobado en sesión plenaria un dictamen para impulsar la modernización de las zonas rurales con el objetivo de atajar las crecientes diferencias económicas y sociales con las ciudades
Hace unos siglos, la industria de biotecnología hubiera podido comprar una bula para expiar sus pecados y obtener la redención. Pero en su ecológica encíclica «Laudato si», el papa Francisco ha condenado a los organismos genéticamente modificados (OGM) sin perdón posible.
«No es verdad». Así de tajante se ha mostrado Phil Hogan, comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural en Madrid cuando alguien insinuaba los perjuicios que tendrá el TTIP para el sector agroalimentario europeo. Para el ex ministro irlandés de Medio Ambiente, el acuerdo con Estados Unidos abre nuevas posibilidades para las exportaciones; que tendrá que conjugarse con una mayor implementación de las nuevas tecnologías en el ámbito rural.
Eran las cinco de la tarde y Buba Badjie, un capitán de barco, acababa de traer su pesca a la orilla. Había pasado 12 horas en el mar frente a Bakau, una importante zona pesquera en Gambia. Las bandejas en el fondo del barco de madera ofrecían bongas (ethmalosa fimbriata) y bagres a las decenas de mujeres que querían comprar pescado.
En la UE se consume cada vez menos vino mientras que aumenta a nivel mundial, así que la afamada producción vitícola europea depende de las exportaciones. La Comisión Europea ha publicado nuevas normas que permiten aumentar cada año la plantación e ir de esta forma extendiendo la superficie destinadas a las viñas.
Con la supresión de las cuotas, la industria decidirá cuánto se produce, a qué precio, con qué parámetros de calidad y las zonas de recogida. Aprovechando esta coyuntura, las industrias están presentado propuestas de contrato con precios muy por debajo de costes. Se pone en peligro la viabilidad de las pequeñas y medianas explotaciones situadas en zonas de montaña. Grandes explotaciones y principales países productores de leche del centro y norte de Europa serán los grandes beneficiados.
Dieciséis años después Estados Unidos da por terminadas las restricciones que impuso como consecuencia de la crisis de las vacas locas y volverá a importar paulatinamente carne de vacuno de la Unión. Comenzará este mes de enero por carne irlandesa. La Comisión Europea ha celebrado la noticia con un comunicado en el que señala que es un «primer paso para abolir el veto desproporcionado e injustificado».