El Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso y el comisario de Desarrollo, Andris Piebalgs han firmado una «carta abierta» para pedir un mayor compromiso con la educación en el mundo, en particular la de las niñas. La carta está firmada, asimismo por la primera ministra de Dinamarca, Helle Throning-Schmidt; la primera ministra de Noruega, Erna Solberg; la Jefa de la Alianza Mundial para la Educación y ex-primera ministra de Australia, Julia Gillard, antes de la conferencia de la Alianza Mundial para la Educación que tendrá lugar el 26 de junio en Bruselas.
Algunos pasajes de la carta:
«El derecho a la educación, particularmente en el caso de las niñas, se deniega a menudo – a veces violentamente como muestra el secuestro reciente de más de 200 niñas en Nigeria. Es totalmente inaceptable y condenamos de la forma más rotunda las acciones terroristas de Boko Haram. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional en todo el mundo para que se una a favor del derecho de todos los jóvenes – niñas y niños – a la educación.
A pesar del progreso considerable, se estima que 57 millones de niños en edad de cursar primaria no van a la escuela – más de la mitad de ellos viven en estados frágiles y afectados por conflictos. Cerca de 250 millones de niños o bien no logran llegar al nivel 4 o bien cuando lo hacen no han aprendido todavía las reglas básicas para leer y escribir.
Estas cifras esconden un porcentaje de niñas desproporcionadamente alto. Es más probable que ellas encuentren obstáculos como violencia o discriminación, que les inciten a abandonar la escuela. Algunas incluso no llegan a poder inscribirse. A nivel de secundaria, la disparidad entre los géneros se incrementa a menudo, porque las niñas están sometidas a presiones para dejar los estudios, casarse, tener hijos o trabajar en casa.
Las razones para invertir en la educación son claras: las naciones no pueden prosperar sin una mano de obra educada y ciudadanos informados y comprometidos. La educación permite luchar contra la desigualdad y mejorar las condiciones sanitarias. Los países con niveles de educación más altos son menos propensos a conflictos e inestabilidad, mientras que la paridad de género en la educación está estrechamente ligada al crecimiento económico.»
El 26 de junio, la Alianza Mundial para la Educación y la Comisión Europea organizan en Bruselas una conferencia que reunirá a representantes del sector de la educación, de gobiernos, de instituciones financieras mundiales y de la sociedad civil. Se pide que los países en vía de desarrollo se comprometan a incrementar hasta un 20% de sus presupuestos nacionales en la financiación para la educación. Se espera que los participantes a la conferencia se comprometan a ofrecer unos 2.570 millones de euros para el período 2015-2018.