Europa se queda sin representación en la final. Alemania e Inglaterra se enfrentaran por el tercer y cuarto puesto mientras EE.UU. y Japón lucharan por el título.
A tres días para conocer cuál será la selección que se alce con el ansiado título de Campeona del Mundo, la última jornada de este mundial nos dejo, como no podía ser de otra forma, el mejor espectáculo del fútbol femenino y la gran tensión de la lucha por un puesto en la final.
Tres campeonas del mundo, (Alemania, EE.UU y Japón) junto a una aspirante (Inglaterra) han tenido el privilegio de disputar las dos semifinales configuradas de la siguiente forma: Alemania-EE.UU y Japón-Inglaterra.
La primera semifinal se jugaba el pasado día 30 de Junio en el estadio Olímpico de Montreal. En ella Alemania, que venía de conseguir vencer, en un partido trepidante y en los penaltis, a su compañera europea Francia. Se enfrentaba a Estados Unidos, que sin necesidad de penaltis, pero no por ello sin menos esfuerzo, logró vencer a China por la mínima. El partido prometía, pues eran dos campeonas del mundo las que se enfrentaban por conseguir el penúltimo paso hacia el título.
La primera parte del partido, estuvo marcada por arrancadas intermitentes frente a la portería rival, por parte de los dos equipos. Alemania fue la primera en sufrir, ya que EE.UU. dio mucho trabajo a la guardameta alemana Nadine Angerer, la cual resolvía con solvencia las primeras y reiteradas ocasiones a cargo de las chicas de Jill Ellis. Las jugadoras de Silvia Neid, en cambio, lograban llegar a la portería defendida por Hope Solo pero creando mucha menos sensación de peligro. Ya en la segunda parte el guión cambiaba y parecía ponerse más a favor de las germanas. De hecho Celia Sasic sería la encargada de lanzar un penalti, fruto de las embestidas alemanas en esta segunda parte. La pena máxima era la clara oportunidad para Alemania para acercarla a una nueva final del campeonato del mundo, pero a Celia Sasic le pudo el nerviosismo y ejecutó en semifallo un lanzamiento cuyo rechace favorecía a Anja Mittaj que tampoco lograba colocar entre los tres palos el balón. Esta situación sirvió para aumentar las esperanzas y el espíritu de las estadounidenses mientras se convertía a su vez en un duro golpe psicológico para las futbolistas alemanas.
Morgan tomaba protagonismo en el partido y lograba, tanto construyendo juego desde el medio como en incorporaciones al ataque, poner en serio riesgo el área alemán. Siendo incluso la víctima de un nuevo penalti señalado, en este caso a favor de las estadounidenses, que Carli Lloyd se encargaba de lanzar y transformar colocando, en el minuto 69, el primer tanto en el marcador. La selección alemana parecía muy mermada psicológicamente tras el error en el penalti y este gol. No lograba desplegar el juego al que nos tiene acostumbrados como primera selección de la tabla de clasificación FIFA y no caía en la cuenta de la mínima diferencia que la distanciaba del rival. Pasaban los minutos y las germanas no conseguían poner en aprietos a Hope Solo, que junto al resto de sus compañeras se veían cada vez más cerca de la final. La confirmación llegaba en el minuto 84 a pase de Lloyd transformado por Kelley O'Hara y haciendo estallar el júbilo de la afición estadounidense que sabía que con este gol se sentenciaba la semifinal y les daba de nuevo la opción de coronarse como campeonas del mundo. Alemania vuelve a casa, tras jugar una semifinal marcada por la imposibilidad de reponerse a los golpes de un penalti fallado y un gol posterior. De cualquier forma el camino hasta aquí demuestra que sigue siendo una potencia del futbol femenino mundial, e intentara llevarse el tercer puesto en su último partido en Canadá.
Japón e Inglaterra se enfrentaban en la otra semifinal en el escenario de la Commonwealth de Edmonton. La actual campeona del mundo, que se había clasificado tras mandar a Australia a casa en cuartos, necesitaba el pase para optar a revalidar el título. Por otro lado las inglesas, que habían derrotado a las anfitrionas, no querían dejar pasar la oportunidad, aprovechando la racha de victorias, para conseguir llegar a la final y estrenarse en el palmarés del mundial. El partido comenzaba con una temprana y peligrosa ocasión a cargo de la selección inglesa. Un lanzamiento efectuado por la jugadora europea Jodie Taylor que rozaba el palo de la portería defendida por Ayumi Kaihori. Con el paso de los minutos el partido se convirtió en lo que se esperaba, con cada selección siendo fiel a su estilo de juego. El estilo pausado y muy técnico, guardando la posesión del balón de Japón; y la disciplina táctica junto al contraataque de la selección de Inglaterra. Estos dos roles, aunque diferentes, dotaban al juego de un equilibrio del que era fiel reflejo el marcador.
Solo un inocente y dudoso penalti, señalado por Anne-Marie, abría el marcador a favor de las orientales en el minuto 33. Con tiempo aun en esta primera parte, las chicas de Mark Sampson, no le perdieron la cara al partido creyendo en su estilo de juego para remontar la situación. Pero no fue el estilo lo que consiguió el empate para Inglaterra, sino, de nuevo, un dudoso penalti, que parecía compensar el anterior, transformado con seguridad por Fara Williams. Comenzaba la segunda parte con las tablas en el marcador. Japón continuaba con su paciente juego mientras que Inglaterra aceleraba el paso y creaba muchas ocasiones que ponían en serios aprietos el arco japonés. En el intervalo de tiempo de un minuto, Inglaterra pudo claramente adelantarse, si Toni Duggan y Ellen White hubieran logrado batir a una excelente Ayumi Kaihori inspirada y salvadora durante todo el partido para Japón. Inglaterra, a menos de 10 minutos para la conclusión del encuentro, perdió esa fuerza con la que comenzó la segunda parte, quizá fruto del cansancio que también afectaba a las japonesas.
El partido parecía condenado a la prorroga. Lo que nadie esperaba es que en el tiempo añadido y a breves instantes del final, el drama aparecería en forma de autogol. Drama para la selección de Inglaterra que veía como un fallo, se convertía en la felicidad y el pase a la final de la selección de Japón por 2-1. Inglaterra mereció más de un mundial trabajado desde el inicio y sin un partido fácil en toda la clasificación. Sin duda han encontrado el camino que en próximos mundiales pueda hacerlas llegar más lejos, e incluso hacer realidad el sueño del primer titulo mundial.
La representación europea deberá conformarse con luchar por el tercer y el cuarto puesto de un campeonato del mundo cuyo título se disputará en una final idéntica a la de Alemania 2011. Japón buscará revalidar el título y EE.UU. la revancha que le haga hacer historia con tres campeonatos del mundo. Todo ello lo sabremos el próximo 6 de Julio en un duelo de titanes del futbol femenino mundial.