La comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, dice que «las reservas de peces están decreciendo, necesitamos un cambio real: pescar menos y ganar más, y esto lo podemos hacer mediante una mejor gestión de nuestros 'stocks' de peces».
Según Bruselas, el estado de las poblaciones de peces en aguas europeas mejora lentamente. En 2004 la sobrepesca afectaba a 32 de las 34 poblaciones existentes, mientras que en 2010 afectaba a 22 de las 35 poblaciones existentes, lo que representa una reducción de un 94 % a un 63 %. En el Mediterráneo, el 82 % de las poblaciones conocidas es objeto de sobrepesca.
Aun así, se sabe poco de las reservas existentes porque los Estados no proporcionan información. De modo que la Comisión se propone emplear un nuevo método, basado en dictámenes científicos, para establecer límites de capturas y reducirlos en los casos en que los datos sean insuficientes.
«Para acabar con la sobrepesca debemos aplicar medidas de gestión de los recursos pesqueros que permitan la reconstitución de las poblaciones y garanticen el mayor nivel medio de capturas a largo plazo posible. De este modo, no solo mejorará el estado de las poblaciones de peces europeas y se reducirán los efectos de la pesca en el medio ambiente, sino que también se incrementará la rentabilidad económica del sector extractivo europeo», dice la comisaria.
La cuestión es que se puedan capturar cantidades iguales o superiores a las actuales, pero con menor impacto en el medio ambiente y menos descartes, pero para llegar ahí se necesita saber más de la situación real de los mares europeos. En septiembre se abrirá una consulta pública.
La idea de Fish Fight surgió en un programa de televisión de Reino Unido. El chef y escritor de gastronomía, Hught Fearnley-Whittingstal, propuso la campaña de protección de la pesca en su país y la idea se extendió pronto por toda Europa. El argumento principal es que la mitad de los peces que se pescan en el Mar del Norte se vuelven a arrojar muertos al mar. Más de 670.000 personas apoyan ahora la campaña Lucha por los peces, que también asume la Comisión Europea.
Los responsables de Fish Fight no creen demasiado en el sistema de cuotas «porque en una pesca mixta donde conviven diversas clases de peces, los pescadores no pueden controlar que especie están pescando. Pescar una especie implica pescar otra, y los pescadores no tienen permitido descargar los peces. La única opción es volver a arrojarlos al mar».
Fish Fight apuesta por combinar políticas distintas y, sobre todo, por diversificar nuestros hábitos para consumir pescado. «Muchos peces son arrojados simplemente porque pertenecen a especies que ya no están de moda: con tan solo volver a redescubrir nuestro gusto por ellos, podemos ayudar a prevenir el desecho».