La enmienda de la constitución que se ha aprobado este lunes le quita al Tribunal Constitucional una gran parte de sus poderes, no podrá decidir sobre el fondo de las cuestiones que se le presenten ni tampoco podrá remitirse a la jurisprudencia anterior a la nueva Carta Magna que entró en vigor en enero de 2012.
Además vuelve a introducir disposiciones que ese mismo Tribunal había anulado, como una definición restrictiva de la familia o la posibilidad de expulsar a mendigos de lugares públicos.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, junto al secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, han enviado un comunicado conjunto al presidente húngaro Viktor Orban, en el que señalan que «Estas enmiendas plantean preocupaciones con respecto al principio del Estado de derecho, la ley de la UE y lo estándares del Consejo de Europa».
El partido socialista, principal partido de la oposición, boicoteó la votación.