Manuela Carmena, jueza jubilada de 71 años ha aceptado el nombramiento «con muchísimo gusto» mientras los invitados al acto y muchos madrileños en la calle gritaban «si se puede» y «hemos podido».
Carmena que no había sido la más votada, en los comicios del 24 de mayo quedó en segunda posición a poca distancia de Esperanza Aguirre del Partido Popular, a 44.000 votos, ha conseguido el favor de 29 ediles, los veinte de su lista y los nueve del partido Socialista.
Este sábado se pone fin a 24 años ininterrumpidos de alcaldes conservadores en el ayuntamiento de la capital de España. «Estamos al servicio de los ciudadanos de Madrid, queremos gobernar escuchando, que nos llamen por nuestro nombre de pila, que nos tuteen», ha dicho Carmena en su discurso de aceptación. Ha hablado de Julia, una mujer de 63 años con un vestido rosa que le había explicado cómo podía malvivir con una pensión de 300 euros mensuales.
El Ayuntamiento que va a dirigir Carmena es el más endeudado de España, 6.450 millones de euros, con tres millones de habitantes, una tasa de desempleo del 16% y niños que no tienen garantizadas las tres comidas diarias.
Ada Colau, de 41 años, llega al ayuntamiento de Barcelona desde la militancia antideshaucio, su lista ha sido la más votada en los comicios. La segunda ciudad española en deuda, algo más de 1.200 millones de euros, tiene 1,6 millones de habitantes y casi un tercio de su población está en riesgo de exclusión social.
A pesar de haber obtenido once concejales contra 10 del alcalde conservador nacionalista, Xavier Trias, la gobernanza va a ser complicada. Ha llegado a la alcaldía con el voto de cinco ediles de la formación independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), cuatro del Partit Socialistes de Catalunya (PSC) y uno de la CUP, coalición de izquierda radical e independentista.
«Muchísimas gracias a la ciudadanía por hacer posible lo imposible», ha dicho tras aceptar el cargo, con la voz quebrada por la emoción.
Con formas muy diferentes, más nerviosa e impaciente Colau más sosegada Carmena, sun prioridades son las mismas: frenar las desigualdades, luchar contra la corrupción y gestionar de manera más transparente y participativa las instituciones.
Escenarios muy parecidos se han repetido en muchos de los más de 8.000 ayuntamientos de España, Valencia, feudo histórico del PP, Sevilla, Zaragoza, Cádiz o Coruña. El PP ha perdido más de la mitad de las 34 grandes ciudades que gobernaba con mayoría absoluta hace 4 años.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy ni siquiera ha llegado a los 140 caracteres para expresar su opinión: «Enhorabuena a los concejales del PP. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios», ha dicho en su cuenta de twitter.
Ya el viernes comenzó a ponerse la venda antes de tener la herida y en el consejo de ministros el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó un informe sobre las normas estrictas de gasto y los límites en las competencias que los nuevos alcaldes deberán cumplir. A pesar de que los Ayuntamientos han respetado rigurosamente el objetivo de déficit.
Las que no tienen tan claras sus cuentas son las Comunidades autónomas con una deuda del 22,5 % del PIB a finales de marzo. Las 13 comunidades autónomas que renovaron sus parlamentos regionales también el 24 de mayo siguen negociando posibles acuerdos.