Tras dos semanas desde que comenzara la ofensiva militar israelí, ya son 121 los pequeños muertos en Gaza, 84 niños y 37 niñas, de los que, 80 son menores de 12 años, según datos de la ONU y UNICEF.
Además de este fatídico saldo, la cifra de los heridos alcanza a 904 niños y al menos 70.000 menores gazatíes, han tenido que abandonar sus hogares con sus familias.
Los niños están sufriendo los estragos de la situación «enfrentándose día a día al terror del lanzamiento de cohetes», han apuntado desde Save The Children, que ha cifrado en 116.000 el número de niños que necesitan «apoyo psicosocial especializado inmediato» en la Franja.
El personal de la organización y sus socios locales en Gaza están trabajando en las zonas más castigadas por los ataques para proporcionar suministros médicos y ayudar a las familias desplazadas con colchones, tiendas de refugio, kits de higiene y materiales para el cuidado de los bebés, pero no tienen suficiente han avisado que «el nivel de necesidad es abrumador».
Los recién nacidos, el sector más vulnerable
La comida para los bebés es «extremadamente escasa», lo que pone a las madres en una situación de enorme estrés, declara la organización. Además los médicos han alertado de que los partos prematuros se están duplicando.
«Hemos visto muchos partos prematuros como resultado del miedo y de los problemas psicológicos causados por la ofensiva militar», ha explicado el doctor Yousif Al Swaiti, director del hospital Al Awda con el que trabaja Save the Children.
Alto el fuego
La ONG afirma que el ataque a las escuelas y hospitales no está justificado y la población civil ya no tiene a dónde acudir. La Franja de Gaza parece un callejón sin salida y no hay donde esconderse.
«Estamos viendo cómo años de trabajo se vienen abajo con cada explosión. Ninguna de las partes debería usar estas instalaciones para fines militares, condenamos el uso de la fuerza que hemos visto durante los últimos días», ha apuntado uno de los cooperantes de Save the Children, David Hassell.
La organización no gubernamental ha pedido a la comunidad internacional que «responda a esta guerra contra los niños ejerciendo toda su influencia diplomática para poner fin de inmediato al derramamiento de sangre».
Europa pierde su presencia internacional
La Alta Representante de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, al término de la reunión de ministros de exteriores de los 28 países del pasado martes, expresó su malestar por la violencia de la situación.
«Estamos muy preocupados por la continua escalada de violencia en Gaza y condenamos la pérdida de vidas humanas».
Recordó que los Estados comunitarios han pedido «un inmediato cese de las hostilidades basado en el acuerdo del alto el fuego de noviembre de 2012», y que igualmente han dado la bienvenida a los esfuerzos de los países de la región, en especial de Egipto, para solucionar el conflicto.
Sin embargo, la Alta Representante de la Política Exterior europea parece ausente en los momentos más delicados y los conflictos de Ucrania o Gaza, parecen haber evidenciado la debilidad de la UE en el contexto internacional.
Ya fuera en la pasada Primavera Árabe, el derribo del Boeing 777 de la Malaysia Airlines por un misil de fabricación rusa o por la sangrienta operación Margen Protector, en la que Israel pretende la aniquilación de la capacidad destructiva de Hamás, se echa de menos un mayor protagonismo de la Unión Europea.
La Santa Sede: la situación es «intolerable»
La Iglesia católica también ha querido pronunciarse al respecto a través del observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, monseñor Silvano Maria Tomasi.
Durante la sesión especial de la ONU en Ginebra, declaró que es «intolerable» que el 70% de los palestinos que han muerto sean civiles inocentes y que se lancen misiles indiscriminadamente contra ciudadanos israelíes.
«La mayor parte de las víctimas son civiles y deberían ser protegidas por el derecho humanitario internacional», ha advertido.
En su intervención durante la sesión especial del Consejo para los derechos humanos de la ONU dedicada al conflicto entre Israel y Palestina, Tomasi ha indicado que «la vía para el futuro radica en el reconocimiento de la común humanidad» y que «a largo plazo, no podrá haber vencedores de la actual tragedia, sino solamente más sufrimiento».