El viernes, Holande y Merkel, se pusieron de acuerdo con Putin para elaborar un plan de paz con el que intentar poner fin a diez meses de conflicto en el este de Ucrania que lleva ya 5.300 muertos.
Angela Merkel, Petro Poroshenko y el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se entrevistan este sábado en Munich, aprovechando la conferencia de seguridad que como añi se celebra en la ciudad alemana y, que en esta ocasión gira en torno a Ucrania.
También se celebrará otro encuentro entre el ministro de Exteriores ruso, Seguei Lavrov, y su homólogo estadounidense, John Kerry.
Moscú, París, Berlín y Kiev quieren un plan que permita la aplicación de los acuerdos de Minsk del pasado septiembre. Tras la marcha de los líderes de Alemania y Francia, se han quedado en Moscú sendas delegaciones que están redondeando el plan del que no ha trascendido nada a la prensa, pero que está apoyado por Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN.
Este domingo se espera un «repaso preliminar» de la redacción del documento en una conversación telefónica entre los cuatro presidentes de Rusia, Alemania, Francia y Ucrania. Ninguno de los actores cree que se vaya a conseguir mucho de la iniciativa, pero al menos esperan un alto el fuego en los combates que han dejado 220 muertos estas tres últimas semanas.
Los habitantes de Debaltseve, una ciudad estratégica situada entre las rebeldes Lugansk y Donetsk, han podido salir de la ciudad en 20 autocares aprovechando una pequeña tregua que ha abierto un corredor humanitario.
La conferencia de seguridad de Munich
En Munich el debate está en la diferencia de opiniones de Europa y Estados Unidos sobre el conflicto con Rusia de fondo. El Congreso estadounidense presiona al presidente Barack Obama para que entregue armas a Ucrania, la OTAN no descarta la posibilidad mientras que la UE no quiere contemplar esa posibilidad.
Según ha dicho Merkel «Hay ya un gran número de armas en la región y no veo que eso haya hecho más probable una solución». Hollande, por su parte, también es pesimista «Si no logramos encontrar no sólo un compromiso, sino un acuerdo de paz duradero, conocemos perfectamente el nombre de lo que sucederá. Se llama guerra» y añadió «Creo que esta es una de las últimas oportunidades, por eso asumimos esta iniciativa».
El domingo la canciller alemana volará a Estados Unidos donde tendrá un encuentros con el presidente Obama.