HYDERABAD, India, (IPS) - La 11 Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 11) deberá encontrar la forma de reunir miles de millones de dólares para implementar las llamadas Metas de Aichi para 2020. «Las decisiones que se tomen aquí sentarán las bases para cumplir los objetivos de Aichi», dijo la ministra de Ambiente de India, Jayanthi
Natarajan, que preside la www.cbd.int/cop/ COP 11.
«El gasto en biodiversidad debe verse como una inversión saludable para nosotros y para las futuras generaciones», añadió Natarajan, en un intento de convencer a los delegados de la COP, que comenzó el lunes 8 y finalizará el viernes 19 en la sureña ciudad india de Hyderabad, un centro de tecnologías de la información.
Las Metas de Aichi, por el nombre de la provincia japonesa en cuya capital se firmó el https://www.cbd.int/doc/strategic- plan/2011-2020/Aichi-Targets-es.pdf Protocolo de Nagoya, incluyen desde la creación de conciencia sobre la diversidad biológica, la pérdida de hábitats, la invasión de especies foráneas, el uso sostenible de la pesca, de los ecosistemas y la agricultura hasta el acceso de las poblaciones indígenas y las comunidades locales a los recursos, así como su participación en los beneficios.
Pero el secretario ejecutivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), Braulio Ferreira de Souza Dias, reconoció antes de la apertura que no sería fácil encontrar dinero para mantener las cuestiones de biodiversidad en el centro de los temas de desarrollo.
«Pero todas las naciones del CDB coinciden en cumplir los objetivos de Aichi. Necesitamos cambiar las estructuras existentes», nos dijo Dias. «Se necesita vincular a otros sectores, como el de salud, el proceso de financiación. No pretendo que solo las agencias ambientales se hagan cargo de esto», apuntó.
Los objetivos de Aichi resbalan por una pendiente pronunciada y al parecer imposible de remontar
El CDB, que se firmó en la Cumbre de la Tierra de 1992 y fue ratificado por 193 Estados, apunta a proteger la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas teniendo en cuenta el impacto del cambio climático y, mediante evaluaciones científicas, impulsar el desarrollo de herramientas y la transferencia de tecnología, entre otros elementos.
El www.cbd.int/doc/legal/cartagena-protocol-es.pdf Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del CDB es un acuerdo subsidiario para proteger la diversidad biológica de los posibles riesgos de los organismos genéticamente modificados.
En la actualidad, 164 naciones han ratificado este Protocolo de Cartagena. En cambio el www.cbd.int/abs/doc/protocol/nagoya-protocol-es.pdf Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se deriven de su utilización no llega ni a la mitad de las 50 firmas necesarias para que sea un compromiso legal.
El Protocolo de Nagoya es fundamental para alcanzar las Metas de Aichi
Las discrepancias sobre cómo compartir conocimientos tradicionales y recursos genéticos derivaron en el Protocolo de Nagoya en 2010, que los miembros del CBD se comprometieron a incorporar a sus leyes nacionales sobre biodiversidad.
Los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM) exigen una «reducción significativa» de la pérdida de biodiversidad, pero quizá ni siquiera se llegue a cumplir esta meta.
Dias señala que los nuevos mecanismos de financiación tratarán de cambiar la actual forma de recaudar fondos, que tiene consecuencias destructivas para la biodiversidad de que las empresas sean más responsables e involucrar al sector privado. Se convocará a gobiernos nacionales y locales de todos los países.
Pavan Sukhdev, presidente del nuevo «Grupo de Alto Nivel sobre la Evaluación Global de Recursos para la Aplicación del Plan Estratégico» del CDB hasta 2020, dice que por lo menos el 70 por ciento de los fondos necesarios son inversiones, no gastos.
Los 130.000 millones de dólares de 2013 se ampliarán a 430.000 millones como recursos necesarios para 2020 a fin de cumplir los objetivos, según Sukhdev, que añade que dos tercios de esa cantidad serán inversiones y el resto, gastos recurrentes de mantenimiento.
«El logro de un objetivo repercutirá invariablemente en los otros. Por ejemplo, financiar la conservación de bosques tendrá un impacto natural en los objetivos de Aichi sobre el agua», apunta.
El Grupo de Trabajo 2 de esta COP 11 ha tenido unas 70 intervenciones de varios países sobre cómo conseguir fondos para la conservación. «Heredamos de la COP 10 la obligación de movilizar recursos como una de las mayores necesidades», dice el delegado indio Hem Pande en la reunión. «Tenemos que acordar objetivos y compromisos, o será un fracaso colectivo», apunta.
La Unión Europea, si bien ha mostrado una posición favorable en materia de conservación de la biodiversidad, reitera la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación, en particular en el sector de la «economía verde».
Un sector, generalmente asociada con la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB, por sus siglas en inglés), creado por los ministros de Medio Ambiente del Grupo de los Ocho países más industrializados (G-8) y de varios países en desarrollo, apunta a tomar en cuenta el capital natural consumido para mantener el crecimiento.
India es uno de los primeros países en incluir un programa de TEEB en sus políticas ambientales
Pero la TEEB es controvertida para algunos sectores de la sociedad civil, que dicen que no se puede aceptar el corporativismo de los recursos naturales, en especial a expensas de las comunidades locales que los conservan.
El presidente de la Autoridad Nacional para la Biodiversidad de India, Balakrishna Pisupati, nos dijo que las comunidades locales deben participar en la TEEB pues muchas tienen formas innovadoras de ganarse la vida, al tiempo que conservan la diversidad biológica.