Hace un año, Reding pidió a las empresas europeas que adoptaran voluntariamente medidas de autorregulación para aumentar la presencia de mujeres en los puestos de dirección. Pasado este tiempo, la mejora es escasa. La representación femenina llega al 13,7% cuando en 2010 era del 11,8%.
Bruselas, por el momento, no quiere tomar decisiones unilaterales y ha abierto una consulta pública para recabar opiniones sobre cómo debe actuar la UE sin descartar medidas legislativas para corregir la situación actual. «Pienso que ya es hora de que Europa rompa el «techo de cristal» que sigue impidiendo que el talento femenino llegue a la alta dirección de las empresas que cotizan en bolsa en Europa. Trabajaré en estrecha cooperación con el Parlamento Europeo y todos los Estados miembros para conseguir que la situación cambie», dice la comisaria, segura de que «la falta de mujeres en la cúpula del mundo empresarial va en detrimento de la competitividad en Europa y obstaculiza el crecimiento».
La Comisión Europea aporta argumentos independientes a favor de las mujeres. En una nota de prensa recuerda que en un informe de la empresa de consultoría McKinsey se llegó a la conclusión de que las empresas con igualdad de género tienen unos beneficios de explotación que son un 56 % superiores a los de las empresas en las que solo trabajan hombres. Por su parte, Ernst & Young hizo un estudio sobre las 290 mayores empresas que cotizan en bolsa cuyo resultado fue que los beneficios de las empresas que contaban al menos con una mujer en su consejo de administración eran superiores a los de las empresas en cuyo consejo de administración no había ninguna.
Los ciudadanos también parecen estar por la labor, según una encuesta de Eurobarómetro. Tres cuartas partes de los europeos creen que las mujeres tienen las competencias necesarias y están a favor de que se legisle sobre el equilibrio de género en los consejos de administración. El 88% de los encuestados piensa que, a igualdad de competencias, los ciudadanos deben estar equitativamente representadas.
España tiene una cuota de mujeres en las cúpulas empresariales por debajo de la media europea, el 11,5 %, a pesar de que es uno de los pocos Estados de la UE que ha legislado sobre la materia, junto a Bélgica, Francia, Italia y Holanda.