En ese renovado intento de acercar Europa a los ciudadanos, cuando la crisis económica la aleja cada vez más, la Comisión Europea ha presentado una propuesta para «constituir una esfera pública verdaderamente europea» con los partidos políticos europeos que puedan aumentar «su visibilidad, reconocimiento, eficacia, transparencia y responsabilidad».
La mayoría de los actuales partidos políticos europeos o sus fundaciones están registrados como asociaciones belgas sin ánimo de lucro. La idea es que tengan un estatuto jurídico europeo que les permita ejercer sus actividades en cada uno de los Estados miembros de la UE.
Hay una normativa europea sobre partidos políticos a escala europea y su financiación desde 2004. Ahora la propuesta de la Comisión incorpora recomendaciones del Parlamento Europeo y prevé «normas estrictas en materia de democracia interna, gobernanza, rendición de cuentas, transparencia y respeto de los valores en que se fundamenta la Unión» para que un partido político o fundación europea sea reconocido. Igualmente regula el control de la financiación y contempla sanciones administrativas en caso de infracción.
Advierte Bruselas de que su propuesta no supondrá más gasto en el presupuesto de la UE, sino una racionalización de las normas que regulan la financiación. Por ejemplo, Los partidos políticos europeos deberán publicar los nombres de los donantes que contribuyan con más de 1.000 euros al año, mientras que el límite anual de las donaciones individuales se elevará de 12.000 a 25.000 euros.
En 2012, trece partidos políticos de ámbito europeo recibieron fondos europeos, presupuestados en 31 millones de euros. El Parlamento Europeo gestiona las subvenciones y las cantidades otorgadas están disponibles en su web.
Llamando al voto en las euroelecciones
Las próximas elecciones al Europarlamento, que deben celebrarse en 2014, son el objetivo. Si la abstención ha sido abultada tradicionalmente en esos comicios y han demostrado una gran indiferencia ciudadana, la UE teme que las consecuencias de la crisis empeoren aún más las cosas. Por eso, el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, señala que «las fundaciones y los partidos políticos europeos auténticamente transnacionales son fundamentales para articular la voz de los ciudadanos a escala europea y para generar debates públicos a escala europea. Desempeñan un papel fundamental en la configuración del debate sobre los asuntos europeos, que, en vista de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, promete ser animado en los próximos años. Esta ambiciosa propuesta es un paso importante hacia la consolidación de la democracia europea».
En la misma línea, se ha abierto ya el debate sobre la oportunidad de que las formaciones políticas presenten en la campaña para el Parlamento Europeo un candidato para presidir la Comisión Europea, de forma que la visibilidad de los elegidos potencie el interés de los ciudadanos, al personalizar ideas y programas, y los debates sean verdaderamente europeos sin que la política nacional enturbie, como suele ocurrir. Y para animar ese debate, en la prensa europea se especula ya con nombres propios. Desde el portugués Barroso optando a la relección, hasta el primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, como supuesto candidato preferido por Angela Merkel, o el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, como candidato de los socialistas.