Ni análisis certeros sobre la marcha de las empresas, ni previsión de la crisis, ni trabajos independientes. Ése es análisis que hace la Comisión europea del funcionamiento de las cuatro grandes multinacionales que ahora controlan el sector de las auditorías, Deloitte, Ernst & Young, KPMG y Pricewaterhouse Coopers. Las llamadas Big Four se reparten el 70% del mercado europeo, un 90% en Reino Unido.
El ejecutivo comunitario ha presentado un Libro Verde con los fallos detectados en el sector y ha abierto una consulta pública para introducir las mejoras necesarias. Pero el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, ya tiene una serie de propuestas.
La primera es reducir la concentración, «porque puede provocar riesgos sistémicos», dice Barnier. La quiebra de una de las grandes auditoras tendría repercusiones en la cuarta parte de las empresas auditadas ahora y Barnier recuerda la quiebra de Arthur Andersen tras el caso Enron. Por eso propone conceder un pasaporte europeo a otras auditoras nacionales para que puedan operar en toda Europa.
De esta forma, según Bruselas, se reforzaría también la independencia, puesta ahora en duda. No parece coherente que la legislación europea permita que la misma compañía audite los resultados de una empresa y, a la vez, le ofrezca servicios de consultoría. «¿Es sano que estas compañías conserven los mismos clientes durante decenios y que sean los clientes los que escojan y paguen a sus auditoras? ¿Es posible una auténtica independencia en este contexto?», se pregunta el comisario europeo.
Barnier propone evitar conflictos de intereses con una mejor regulación y un control por parte de las nuevas Autoridades Financieras europeas, con competencias ahora sobre bancos, seguros y mercados bursátiles.
Por último, la Comisión plantea simplificar las obligaciones de auditoría que tienen en la actualidad las pymes. No se trata de seguir el camino de la desregulación. «Queremos reglas eficaces y al nivel adecuado y uno de los niveles adecuados, si no el mejor, es el europeo», asegura Barnier.