El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha presentado un documento de recomendaciones para mejorar el funcionamiento de la eurozona en el que señala que «para acabar con el vínculo entre los bancos y la deuda pública, podría considerarse la recapitalización directa por parte del mecanismo europeo de estabilidad», que cuenta con 500.000 millones de euros.
La propuesta debe ser bienvenida por el gobierno español, ya que permitiría cubrir las necesidades de la banca española, sobre todo, los 19.000 millones que Bankia requiere de dinero público, sin que el Estado tenga que someterse a un programa de ayuda financiera, como ocurrió con Grecia, Irlanda y Portugal. También el Fondo Monetario Internacional defendió esa idea en su última asamblea general.
Para que salga adelante habrá que vencer la resistencia de Alemania, opuesta a la medida al entender que si los Estados quedan al margen, no hay garantías de que se cumplan las contrapartidas por la recapitalización bancaria.
Barroso apuesta además por crear en la eurozona una unión bancaria, que permitiría coordinar la supervisión de las entidades financieras y un sistema único de garantía de depósitos. Asimismo, Bruselas insiste en la implantación de eurobonos, a largo plazo, que significarían una «señal importante para la solidez e irreversibilidad del euro». El jefe del ejecutivo comunitario pide que los líderes comunitarios establezcan un calendario sobre estos asuntos en la cumbre de junio.
La prima de riesgo española, el diferencial del bono español a 10 años con respecto al alemán, llegó por la mañana un máximo de 539 puntos, con rentabilidad del 6,7%, disparada por informaciones periodísticas, según las cuales, el Banco Central Europeo rechaza el plan de salvamento del gobierno.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, descartó la influencia de Bankia en la subida de la prima de riesgo, que calificó de «insostenible a largo plazo» y achacó a las dudas sobre la situación en Grecia.