De momento, todos cantan victoria. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que "en el proceso de ampliación de la UE está en juego la credibilidad de todos".
El presidente croata, Ivo Josipovic, ha calificado la decisión de Bruselas de hito que abre una "nueva página en la historia" de su país. Sin embargo un sondeo reciente mostraba la división de la sociedad croata sobre la cuestión: un 44,6 a favor y un 41,8 en contra.
Las negociaciones entre Zagreb y Bruselas comenzaron en 2005. La colaboración con el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia, la reforma del sistema judicial y la lucha contra el crimen organizado han sido los asuntos más difíciles de resolver, pero la Comisión Europea considera que el gobierno croata los ha superado. "El año pasado creía que los croatas no lo lograrían, pero desde entonces han reformado completamente su sistema judicial de forma irreversible", señaló la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding.
Croacia será el segundo Estado de la exYugoslavia que entre en la UE, tras Eslovenia en 2004. Ahora el camino está abierto para otros países de los Balcanes. Macedonia es ya país candidato y Serbia tiene muchas más posibilidades tras la detención del general Ratko Mladic y su entrega el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia.
"La adhesión de Croacia es también una señal para el resto del sudeste de Europa: pone de manifiesto que la ampliación funciona, que la UE se toma en serio su compromiso y que las reformas estructurales en los países candidatos merecen la pena", ha dicho el presidente Barroso.
Los jefes de Estado y de gobierno estudiarán la propuesta en la próxima cumbre del 23 y 24 de junio. Si se aprueba, aún deberá ser refrendada por los parlamentos nacionales de los 27 y por los propios croatas.