Juntas, las dos bolsas controlan más del 90% del comercio total de derivados y la Comisión dice que una investigación propia demuestra que habría pocas posibilidades para otros rivales de poder competir en condiciones.
El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha dicho que «estos mercados están en el corazón del sistema financiero... Intentamos encontrar una solución, pero los remedios ofrecidos se quedaron cortos a la hora de resolver las preocupaciones». NYSE Euronext y Deutsche Börse ofrecieron a Bruselas la venta de ciertos activos para conseguir su aprobación, pero la Comisión los ha considerado insuficientes.
Las dos sociedades acordaron unirse a principios del pasado año, con un pacto según el cual Deutsche Börse tendría el 60 % de la nueva empresa y NYSE Euronext el 40 % restante. Con la operación se creaba la mayor plataforma bursátil para colocar y negociar acciones y una empresa con una capitalización bursátil del 7.400 millones de euros y 7.000 empleados.
Bruselas cree que la desaparición de la competencia en el sector provocaría un perjuicio evidente para los usuarios de derivados, pero también tendría consecuencias negativas en la innovación, las pymes y la economía europea en su conjunto.